29.7.10

Mudanzas-incógnita

¿Puede una mudanza realizarse para trasladarse solo unos metros más lejos y seguir llamándose mudanza?

¿Puede un mueble de gama alta venderse a precio de gama baja?

¿Puede un boceto tener el aspecto de un arte final?

¿Puede una persona que habitualmente realiza tareas de recepción, diseñar por ordenador alternativas para un nuevo espacio de la oficina, pedir presupuestos y negociar las condiciones óptimas en una semana y media?

Se puede.

O se intenta.

A ver qué resulta de todo esto.

28.7.10

Suajili

Cada uno tiene sus manías, sus tics, sus coletillas.
Una de las mías desde hace bastaaantes años,...bueno, no tantos...en mi infancia los coches ya funcionaban con gasolina, eh!

A lo que iba, una de mis frases recurrentes es decir que algo está escrito en suajili cuando no es legible.

Lo que yo no sabía es que yo entendía el suajili:



A mi me parece inglés pero por mí mejor, que puedo añadir un idioma más a mi currículum.





*(Por razones obvias de confidencialidad se han ocultado los datos reales de la empresa propietaria del sitio web en suajili)

21.7.10

Ayuda desinteresada

Cuando se te cae el cuenco de pienso del gato y se esparce por el suelo siempre es agradable ver que acude alguien rápidamente a echarte una mano:


...Bueno, mejor dicho a echarle morro e ir zampándose las croquetas.

20.7.10

Bruno ya no es un sin papeles

[Foto de www.directoalpaladar.com]
Mi gato Bruno es un machito de ojos azules al que no se le ha podido castrar (uf!) por cuestiones de salud. Mi gato y yo convivimos desde hace unos 5 añitos. Formó parte de nuestras vidas un año más tarde que Doña Croqueta y desde entonces nos han pasado muchas cosas juntos a los tres. Cuando Pelotillo llegó a mi vida -y a la de los gatos- no sabíamos cuánto iban a mejorar las de todos. La mía por descontado aunque yo lo suponía, pero El Señorito -o Bruno-, inocente y rebelde, ni lo imaginaba.

Como buen machito que es al principio le hacía pases de pelotillas a Pelotillo: cada vez que Pelotillo se arrimaba un poquito a mi allí aparecía Bruno, por detrás o paseándose sobre nuestras piernas, mostrándole orgulloso sus atributos felino-masculinos como dos madroños, marcando el territorio. Esto era lógico pues llevábamos los tres -los gatos y yo- un tiempo en agradable armonía y Bruno había asumido el papel que la naturaleza le decía que debía asumir.

A Doña Croqueta le pude poner el microchip al poquito de hacerle los chequeos pero Bruno no tuvo la misma suerte porque por entonces era un gato que no aguantaba ni cinco minutos cogido en brazos.

Recuerdo la primera sesión de análisis de sangre y vacunación. Fue cuando su veterinario me dijo que no se le podía poner el microchip porque había que sedarlo y como eso era incompatible con su enfermedad así se quedó.
Es cierto que Bruno, por el desarrollo de su enfermedad y por su carácter más nervioso vivía con más excitación los acontecimientos.
Pero claro, si ya ha protestado porque te llevan a un sitio que huele a canes, a animales varios y a desinfectante, hay otros especímenes nerviosos esperando como tú, y después un tío con bata blanca te pincha varias veces y vuelve a insistir, pues solo te queda ponerte de mala leche y plantarle cara al tipo ése que encima te ha encerrado en una jaula flexible para que no le digas cuatro cosas bien dichas. Bruno se enfadó tanto que se le soltó el collar y el cascabel salió volando por los aires.

A pesar de todo el carácter que a veces saca Bruno en la consulta siempre ha distinguido contra quién iba dirigido su cabreo y nunca se ha revuelto contra  Pelotillo o yo; tenía muy claro que el veterinario era el objetivo, jiji.

Desde el momento en que Pelotillo se trasladó a nuestra casa la vida para Bruno ha sido una constante sesión de mimos, caricias, besos, achuchones y cachetitos varios y poco a poco nuestro gato se ha rendido a la evidencia y ha visto que por mucho pase de pelotillas que haga él es el segundo al mando en el mundo feromonil.
Han pasado cuatro años y con un buen código de machitos consolidado entre Bruno y Pelotillo, hace pocos días éste se animó a ponerle el chip.

Yo estaba un poco preocupada porque Bruno tiene más paciencia que antes pero no tanta. Sin embargo todo fue estupendamente y no solo le pusieron el chip sino que le cayeron dos vacunas a continuación y allí no saltó ni un bigote ni se vio brillar un uña fuera de su zarpa.

Ahora Bruno luce mucho más imponente aunque a mi me recuerda un poco a Chuck Norris con su chapa del ejército en una peli bélica.

¡Uy, ésta no era la foto!




Bruno Norris

14.7.10

MetroCutre

     Hasta hace poco se llevaba lo de metrosexual, algo que ha caído en desuso. En julio, en Madrid lo que se lleva es el MetroCutre.
Y es que a los sufridos usuarios de Metro siempre nos toca pagar. Cada principio de año nos toca pagar una subida injustificada del precio del billete, cualquiera que sea su formato, por un servicio que durante todo el año es deficiente. 
Puede que digan que nuestro metro es el mejor de Europa pero claro, eso es como decir que alimentarse exclusivamente a base de pipas es estar bien nutrido, si lo comparamos con sobrevivir en países pobres.

Y por supuesto nos toca pagar en las huelgas. Todo porque sus ilustres trabajadores no están de acuerdo con los recortes establecidos por la Comunidad, hecho que me parece muy lícito rebatirlo y pelearlo ¿pero realmente esta es la forma?

     El principio de la huelga ha destacado por dos días de huelga total y absoluta, sin servicios mínimos. Empezamos mal.
Después de, por lo visto, ver las orejas al lobo parece que los servicios mínimos sí se pueden respetar y los usuarios de este servicio hemos podido ser transportados, hacinados pero transportados, a nuestro puestos de trabajo. Pero por si alguien dudaba de sus bemoles en los días posteriores que se suponía no había huelga jugaban a mantener el tren en el andén más tiempo de lo normal, a apagar y encender las luces sucesivas veces, a ver si tocándonos un poco las narices llevaban a término la pataleta del niño que se enfrenta a las primeras normas de su infancia.

     Nos han dado unos días de respiro, que lo del mundial solo puede pasar una vez en la historia y hay que estar al 100%.
Ya una vez ganado hay que disfrutarlo, dejar el lunes la cosa tranquila que no merece la pena granjearse el odio de los españoles; de paso nos olvidamos de la crisis, los recortes y las reivindicaciones. 
Que conste que yo he disfrutado de los partidos de España en el mundial de una forma en que no lo he hecho nunca con el futbol y aunque solo sea para que nos empiecen a hacer un poquito de caso allende nuestras fronteras: olé!
El futbol mueve países -por no decir el mundo- y aunque sería muy deseable que nos respetaran por ahí fuera por muchas otras razones totalmente loables, si tiene que ser el futbol el que nos quite el regusto de país ligeramente retrasado con ese fantasma del aislamiento franquista diluyéndose en las sombras, bienvenido sea. Que hablen de nosotros, aunque hablen mal pero que hablen; máxima publicitaria.

     El caso es que hay que volver a la realidad y la huelga de metro presenta su cara más antipática. Ahora que ya hay que cumplir servicios mínimos por pelotas, empiezan a jugar al despiste: que si la huelga empieza el martes -anunciado en las propias pantallas de información interna-, que será en días continuos, recalcando que como mínimo al 50% de su funcionamiento; que si en los diarios digitales empieza el miércoles; que empieza el miércoles dicho el martes por Metro en las mismas pantallas de información, al puro estilo Fahrentheit 451; que los días son alternos...

Llegar al andén y ver 10 minutos de espera para el próximo tren es nuevo con respecto a semanas pasadas.
Cumplen los servicios mínimos pero de tan mínimos que son los tienes que ver con lupa. Para resarcirse de no hacer la huelga a su aire te hacen esperar mucho más que antes y eso a las 7 de la mañana.
Suspirando con absoluta resignación los viajeros nos introducimos en los trenes-lata-de-espárragos y tratamos de asirnos a cualquier tramo libre de las mal diseñadas barras de sujección, que como casi siempre el que diseña no usa el producto porque no se explica que en los extremos de los vagones no haya barras superiores cerca de las puertas. 
A lo mejor se piensan que el nuestro está tan por encima de los metropolitanos de otras ciudades que todos vamos sentados.

Dentro el calor es insoportable, no hay climatización de ningún tipo ni ventanas abiertas. A ver ¿esto es una huelga o un experimento nazi?

De repente me vienen a la cabeza todos estos veranos en los que hemos tenido que desviarnos por rutas alternativas, coger autobuses atestados e incluso dar paseos forzados hasta estaciones operativas con motivo de reformas muy largas, de resultado muy coqueto pero que nunca consiguen mejorar la calidad del viaje y que encima se cobran con creces a primeros de año.

     Pues señores huelguistas, lo siento mucho pero gracias a ese duro entrenamiento constante de un servicio bastante mejorable los viajeros hemos desarrollado una cualidad cuyo poder no calibran: la paciencia/resignación.

Así que nada de lo que hagan va a provocar que nos movilicemos por culpa de sus intereses. 
La mayor parte de las personas que utilizamos este medio tenemos trabajos que bien podrían estar mejor remunerados. Ya quisiéramos la mitad de nosotros que con un recorte como el que les proponen, todavía cobráramos la mitad más de lo que actualmente recibimos y creo que en su caso el recorte no llega a la mitad de su sueldo, afortunadamente.

Ustedes no ven la luz natural, trabajan bajo tierra; pues yo tampoco y trabajo en una oficina, en una segunda planta.

Les recortan su sueldo; a otros nos quitan las vacaciones.

Ustedes hacen huelga y para otros la alternativa es el despido tan solo con plantear ciertas protestas.

Todo esto no justifica que ustedes no se movilicen pero háganlo de una forma menos inútil, manifiéstense delante del organismo que corresponda, reúnan firmas, salgan a los medios de comunicación, sean creativos pero no perjudiquen a los únicos que no podemos hacer nada.

     Como no estoy dispuesta a dejarme amargar yo pienso sacar partido de esta situación:

  • En plena operación bikini, viajar sin climatización en un vagón atestado de personas me va a ayudar a liberar toxinas y se me va a quedar un tipazo que ni el de la Bunchen, por decir una.

  • He descubierto que me viene estupenda la tonificación de glúteos y brazos: los glúteos los estoy ejercitando en mi afán de no ser derribada por aquellas personas que no se sujetan ni cogidas a la barra y oscilan con cada frenada y arrancada; y los brazos tienen lo suyo, pues después de esto puedo hacer escalada sin arnés de tanto agarrarme firmemente a la barra con dos dedos. Con el otro voy a sacar más moya que Nadal, aunque mi caso es gracias al abanico.

  • Desde que hace tanto calor humano en el metro estoy empezando a hacer amigos: mi abanico es inseparable de mi con huelga o sin ella y la verdad, es desplegarlo con un chasquido de sus varillas y ya noto como las personas que están a mi alrededor ponen ojitos de Gato de Shrek y se arriman disimuladamente con la cabecita contorsionada a ver si pueden aspirar algo del aire fresco simulado.

  • Con tanto hacinamiento están provocando un revival de los 60. Ya veo los vagones decorados con margaritas, todos los pasajeros y pasajeras con las melenas largas y a un paso de practicar el amor libre porque vamos a tener que ir en cueros a trabajar.

  • Voy a escuchar más música, a mí que me tienta siempre tanto la lectura, porque viajar ahora en metro con un libro en una mano es tan absurdo como nadar en el Orinoco sosteniendo una pata de jamón por encima del agua.

     Ya por último y como comentario anecdótico he comprobado que todavía hay gente que no sabe salir de casa sin un poco de menos mala leche dadas las circunstancias. Hoy he visto la mirada asesino-fulminante que le ha dirigido una viajera que iba sentada leyendo cuando una pobre infeliz, que iba semi-aplastada de pie, le ha rozado el hombro con la mano. ¡A esa la ponía yo con el abanico, el bolso y el libro en uno de los extremos del vagón libre de barras!

     Señores huelguistas, espero que consigan sus propósitos y que tanto sufrimiento no sea en vano. También les recomiendo que si esto sucede, vayan ahorrando ¡ya! lo que no les quiten, que después de esta huelga nos vamos a mover todos en autobús y a ver qué  pasa con tanto puesto de trabajo para ningún viajero.

...Es que hay que ver cómo está todo con la crisis...


12.7.10

Inauguración a la vista

Ya he puesto fecha para la inauguración del proyecto misterioso del que venía apuntando pinceladas anteriormente.

Parece mentira que algo que llevas preparando desde hace meses realmente pueda ver la luz de verdad.
Llega un momento en que de tanto preparar acabas acostumbrándote a que preparar sea el "ello" al que tienes que llegar, la meta; e inaugurar se convierte en una mera entelequia, que diría la gente que sabe hablar bien. Pero no, realmente aquella idea que yo misma casi miré al principio con condescendencia y que se fraguó poco a poco en unos días, finalmente va a tener entidad propia.

No me había dado cuenta de la ilusión y de la importancia que ha adquirido todo este proyecto que tímidamente empezó a crecer, primero, y que ha ido reclamando su espacio, después, a medida que ha necesitado más y más elementos para ser real.
Es toda una responsabilidad porque espero que funcione y espero sobre todo que la gente lo visite, se sienta cómoda en este nuevo espacio y quiera volver.

Pero no me quiero poner seria porque no quiero que In Scriptum sea un sitio para ponerse serio, ni tampoco el nuevo espacio.
Lo único que tanto aquí, como allí, como en In Vitreo se toma en serio es a las personas y a sus ideas pero esto no es incompatible con disfrutar, divertirse y tomarse las cosas con humor.

Así que, señoras y señores, en unos días me pongo la chistera de Maestra de Ceremonias, las medias de rayas y los zapatos de punta y os recibo con toda la jacaranda que se merece tan magno y chisposo acontecimiento como será la apertura de

LPECAMS
 

10.7.10

Inuit

En frente de casa, Pelotillo y yo tenemos una terraza que es uno de los motivos principales por los que nos resistimos a mudarnos. Necesitamos más espacio pero nos gusta el barrio, es cómodo porque tiene un montón de servicios muy cerquita y tenemos nuestro grupillo de vecinos-coleguis que cuando coincidimos acabamos echando las horas muertas.

Esta terraza no es una terraza como tal con sus mesas y sillas plantadas en la acera, no, está en un recinto que se puede cerrar porque tiene puertas, algo que aunque parezca obvio no lo es tanto y está al aire libre, porque si no no sería terraza, El suelo es de arena que remojan de vez en cuando y está muy cerquita de un campo de futbol y de instalaciones deportivas. Mi barrio es sencillo pero tiene hasta un campo de futbol...mmmm...¡qué caché!

La comida es buena, el ambiente está muy bien y es muy grande. En verano los viernes y/o sábados contratan un grupo musical, de diferente estilo cada vez, para animar las cenas. Ayer nos acercamos a tomar algo por la noche y nos encontramos con temática de los 80 interpretada por un grupo llamado Inuit.

Sonaban muy profesionales y a pesar de que las mesas estaban abarrotadas de gente hablando y comiendo a dos carrillos supieron ganarse al público allí presente y llevarlo con simpatía y buen gusto.
En las canciones que interpretaban de otros el cantante era capaz de imitar la voz original lo que resultaba curioso. Yo había tenido un día algo chungo, pero consiguieron animarme y todo cuando tocaron un tema de El Último de la Fila, significativo para mi.

Nos fuimos apenas empezaron la segunda parte de su actuación, a nuestro pesar ya que prometieron música más cañera. Nos fuimos porque el deber manda y si al día siguiente es sábado y tienes que madrugar para trabajar pues no es plan de muchos excesos (a recordar el cuerpo zombie que tenía yo).

No tengo fotos hechas del acontecimiento pero podéis obtener más información de ellos y escuchar temas suyos aquí.

6.7.10

El comienzo del verano

Kevin y Amanda son una pareja norteamericana que tiene un blog muy atractivo, entretenido y en el que muestran información variada, amena e interesante. Tanto es así que en su miscelánea proporcionan tutoriales muy útiles para mejorar tu blog, con tipos de letra que te puedes descargar y un largo etcétera que recomiendo ver en su propio espacio.

Frecuentemente lo visito y aunque todo el contenido no tiene desperdicio mi reciente gran descubrimiento fue una entrada que me permito la licencia de incorporar en mi propio blog. Incluyo lo esencial que son las fotos y los comentarios de la autora. Trata sobre la reacción de sus perros ante el agua de la manguera en el jardín.

¡No recordaba cuándo había sido la última vez que me había reído tanto ni con tanta intensidad!

"Esta es la cara que se le pone a Howie -el perro- cuando oye la manguera funcionando"
"Quiere comérsela"
"¡Ooooh! ¡Me ha dado!"
"*SNARF!*"
"Miley no se transforma. Solo se toma la molestia de acercarse a la manguera si está sedienta"

"Prueba el agua"
"Todo el mundo está feliz cuando corre el agua"

Si queréis ver la entrada completa pinchad aquí.

De vez en cuando vuelvo a verlo solo por reirme. Realmente estos perros son terapéuticos.