Hay unos cuantos momentos en la vida en los que una toma conciencia del lugar donde está, quién es, quién ha sido y en los que haber llegado a ser quién eres parece la única consecuencia lógica en el transcurso de tu vida.
Son pequeños momentos, insignificantes, que en realidad poco tienen que ver con tanta trascendencia y están motivados por un sonido, una sensación o una imagen o por la mezcla de los tres, o de dos.
Son momentos en los que de repente te haces plenamente consciente de los objetos y del espacio que te rodean, incluso aunque estén fuera del alcande de tus sentidos, y te devuelven al centro de ti misma, dejándote la sensación por un breve instante de que todo está como debe estar .
No sé qué nombre tendrá esto o si yo estoy de atar pero al margen de la talla de mi posible camisa de fuerza son momentos que en mi caso se producen cuando:
-tu familia, amigos, seres queridos están charlando animadamente en el salón y tu estás en otra habitación para hacer algo que te tiene entretenida unos buenos cuantos minutos (no se produce el momento feliz si entras y sales rápidamente)
-estás muy cansada y te echas en la cama y oyes a tu pareja "cacharrear" en la cocina, en el salón o en otra parte de la casa
-estás muy cansada y aunque a ti te corresponde hacer una determinada tarea tu pareja amablemente se ofrece para sustituirte
-el sonido de la calefacción funcionando en una tarde de invierno
-te tumbas en la cama una tarde de invierno dejando una luz indirecta encendida, fuera de la habitación
-te despiertas una mañana del fin de semana y tu pareja y tú habláis largo y tendido en la cama
-te duermes en el sofá viendo una película que no te importa perderte
-te das una ducha caliente cuando el frío se te ha metido en los huesos durante horas
-llegas al coche al final de una excursión especialmente dura (se aplica para todas las estaciones del año excepto verano)
-recibes un "te quiero", un beso, un abrazo inesperado
-recibes un regalo sorpresa y sin venir a cuento, aunque sea algo insignificante
-te dedicas en cuerpo y alma a conseguir algo con tu trabajo y el resultado es como te lo imaginabas...o mejor (no tiene por qué ser el trabajo oficial, puede ser...montando una maqueta por ejemplo)
-descubres una fotografía, un cuadro, un diseño, un edificio, un libro que te deja con la boca abierta de un autor/autora que desconocías
-tu fisioterapeuta deja de apretar esa contractura tan dolorosa (ése es un mini-momento feliz, ¡pero qué momento!)
-lees en el sofá un libro gordo que te tiene atrapada y todo está en silencio; solo estáis tú y los personajes
-de repente oyes un ronroneo muy fuerte cerca de tu oreja y notas el cosquilleo de los bigotes de tus gatos que te buscan para un mimo
-tus gatos se arriman a ti buscando calorcito
-has preparado una receta y te ha salido tan buena que en el primer bocado ves las caras de sorpresa-satisfacción pero es demasiado pronto para que hablen
-te han preparado una receta genial y estás en ese primer momento
-descubres el doble significado, la pista, la trama oculta de una película o una novela
-estudias o trabajas en un proyecto propio en casa cuando ya todo el mundo está durmiendo
-preparas felicitaciones o regalos la noche de Nochebuena, cuando ya no queda nadie despierto (también vale que alguien se haya quedado dormido en el sofá) y solo te acompaña la tele con la reposición de alguna peli (sí, a veces he mandado tan tarde las felicitaciones de Navidad, pero el primer paso es reconocerlo, ¿no?)
-es madrugada y no sabes cómo se ha hecho tan tarde pero sigues jugando a la consola con tu pareja (en invierno, en verano no vale)
-estás de vacaciones y solo oyes el sonido del viento entre las hojas de los árboles (solo vale en verano o primavera)
-te quedas con tu pareja viendo subir y bajar la marea con olas, en silencio (preferiblemente en el Cantábrico o Atlántico)
-madrugas para hacer una excursión bonita
-te tumbas en el suelo, al aire libre, con todo el tiempo por delante para perderlo, y ves cómo se van moviendo las nubes (también solo vale en verano)
-te toca el sol de finales de invierno al aire libre
-terminas una excursión y llegas a un punto civilizado a tomarte algo y comentar el día con los compañer@s de la excursión
-en una excursión todo el mundo empieza a decir las ocurrencias más divertidas
-el repiqueteo de la lluvia en el chubasquero cuando caminas por el campo y en realidad te da igual que te mojes
-llegas tarde a casa después de salir y surge una conversación de lo más interesante alrededor a la mesa de la cocina y acabas animándote a preparar algo ligero y seguir charlando
-piensas en las personas que has conocido a través de tus/sus blogs y que ya forman parte de tu mundo
No sé si queréis hacer vuestra propia lista de Momentos Felices y encima publicarla. Yo, a la vista de los resultados debo de ser muy feliz porque la mía es una lista enorme, más larga de lo que pensaba que iba a salir.