25.1.11

La bolsa o la vida...y si no las croquetas

En las grandes ciudades un tema que está presente siempre en nuestras mentes, en mayor o menor medida, es el de la seguridad. O más bien el de la inseguridad. Cualquiera que tenga un poco de sentido común sabe que no debe dejar la puerta de casa abierta, ni las llaves puestas en la puerta de la entrada, que es mejor cerrar el portal tras de sí sobre todo cuando vuelves tarde a casa, no frecuentar calles solitarias y mal iluminadas a altas horas de la noche (lamentablemente si eres mujer estas medidas debes tenerlas más en cuenta aún), o medir lo que se dice en público cuando queda poco para las deseadas vacaciones.

Tomadas las precauciones básicas para vivir sin sobresaltos nunca te imaginas que el malhechor o malhechora va a estar precisamente DENTRO.

Y esto es lo que descubrí ayer. Pelotillo y yo salimos de casa bien temprano y volvimos ya bien entrada la tarde, a eso de las ocho. Eso significa que El Señorito y Doña Croqueta se pasaron muchas horas solos en casa y cuando El Señorito está en celo te preparas para lo peor, es decir, para encontrarte la casa anegada en sus efluvios amoniacados en un intento desesperado e inútil por avisar a las gatitas del barrio de que está buscando ligue.

Sin embargo lo acontecido fue muy diferente.

Para contextualizar lo sucedido he de decir que nuestra gata ha ido pasando por diferentes etapas de salud que se han traducido en diferentes tipos de pienso. Primero fue el de gatas jóvenes operadas, después por problemas de estreñimiento uno con fibra que había que combinar con el de gatas jóvenes operadas, después y debido a la infección de orina, uno muy específico para ayudarla a curarse junto con los antibióticos y por fin ahora uno de mantenimiento de cara a vigilar esa infección de orina recurrente que tiene por estrés.
Aquí habría que preguntarse de qué tipo de estrés puede tratarse porque sí, hemos pasado una reforma, pero el estrés lo tenía de antes. Como no sea aguantar los arranques pasionales de El Señorito cuando las gatitas convocadas previamente con sus correspondientes cartelitos de orina no acuden...
Durmiendo 14 horas al día yo no entiendo muy bien cómo se puede estar estresada, con la comida a punto, agua fresca y mimos con servicio de guardia incluido, todos los días del año. Quizás lo que le falta es actividad felina, que eso no lo niego, y que por muy bonito que haya quedado el piso después de la reforma al final se pasa el día entre las mismas paredes y eso seguro que estresa al más pintado.

La cuestión es que cuando se acababa un pienso, siempre pensando que ése era el tipo de comida definitiva para nuestra gata, hemos comprado el siguiente paquete para que no se quedara sin comida. Pero han ido surgiendo los problemas mencionados y ha habido que cambiarle la alimentación y al final siempre ha sido de forma definitiva. El caso es que con el paso del tiempo nos hemos encontrado con paquetes de comida para gato sin terminar e incluso algunos sin empezar.
Haciendo revisión hace dos días comprobé que algunos estaban hasta caducados así que los tiramos y nos quedamos con los que aún son comibles. Para hacer sitio en el armario donde se guardan, los dejamos en una de las encimeras de la cocina.

Lo que ví ayer al vover a casa y encender la luz de la cocina fue esto:



Detalle del saqueo
Por supuesto las primeras sospechas cayeron sobre ella. ¿Y por qué no en él? Pues porque él es el falso culpable. La siguiente foto lo demuestra:

El falso culpable
Se acercó a la bolsa de croquetas y la husmeó sin ningún interés.
Otros indicios apuntaban a la misma teoría y es que él se acercó a oler pero no probó una croqueta y os aseguro que cuando a un gato le gusta un manjar puede ignorarlo si no lo huele pero con el hocico a tan poca distancia es imposible que se resista. Por otra parte, y dada la dolencia de El Señorito desde su más tierna infancia su pienso ha sido casi desde el principio de alta gama y eso se traduce en que los perfuman tan bien que la única comida que le atrae a él es la destinada a los humanos y que es la que no puede catar.
Si hablamos de otros piensos, sería como comparar un buen champagne francés con una gaseosa. Aunque la bolsa de croquetas del delito también es de alta gama, El Señorito se ha acostumbrado a su comida y no le interesan otros sabores hasta el punto de llenarse y mucho menos el esfuerzo de desgarrar la bolsa hasta conseguir acceder al contenido.

El otro indicio es que la supuesta culpable ignoró por completo la bolsa saqueada. Es como si en la cocina no existiese un paquete de comida que ella ya había probado en el pasado con un agujero enorme por el que iba ascendiendo un fino olor a comida suculenta.

La evidencia más evidente es que no hacía más que frotarse con los muebles de la encimera, con los marcos de las puertas, con mis piernas, tratando de que le diera algo. Esto lo suele hacer cuando alguno de los cuencos están vacíos o quiere que la mimen. Generalmente se conforma con que la acaricies cuando come de su cuenco pero esta vez no era eso. La puse delante de sus croquetas habituales (las últimas) y la estuve acariciando el lomo una y otra vez y nada, que no comía.
¡Lo que quería era que le pusiera croquetas de la bolsa que estaba tirada en el suelo! La delató definitivamente que agité el contenido de la bolsa saqueada y se acercó contenta, como diciendo "¡por fin me ha entendido!" y luego rectificó y disimuló un poco.

Como muestra de que lo que digo es cierto, mirad qué cara:

La infractora

Y además situada en un lado de la encimera que no es el que suele ocupar para pedir comida. Es como si quisiera decir "yo no tengo nada que ver con croquetas tiradas en el suelo" "¿qué croquetas?" ("¡joer, qué me han pillao"!)
Finalmente esta mañana, en un rincón del suelo de la cocina he encontrado esta foto que consiguió sacar a duras penas la bolsa mientras forcejeaba con Doña Croqueta:

Soy la bolsa y me están atacando

Visto el agujero de la bolsa no sé para qué les estamos cortando las uñas cada semana. Esto demuestra que si no han destrozado ya el sofá nuevo es porque no han encontrado una razón de peso para ello.

6 comentarios:

  1. Todos estos pequeños disgustos caseros acabarán cuando se instaure definitívamente la domótica. Ya sabes, casas inteligentes.

    Entonces podréis salir tranquilamente a pasear pues algún aparatejo llevaremos encima que nos indicará cualquier anomalía que ocurra en nuestras casas.

    Cosas del tipo:
    Se acaba de fundir una bombilla de 1,5W
    Un grifo gotea en la galería
    La bolsa de las croquetas de gato está siendo atacada... Conseguida foto del infractor.

    Toca esperar un poco, eso sí. XDDD

    Un saludo (y paciencia, jeje)

    ResponderEliminar
  2. Bueno, que con ese nombre, ¿qué menos se podía esperar de ella?
    Difícil que fuese El Señorito, en todo caso, porque es macho, y como tal no se tomaría tanto trabajo por unas simples croquetas...

    [Ahora, hablando de delitos, estos casos se conocen como "un trabajo interno"...]

    ResponderEliminar
  3. JuanRa
    Jaja, yo espero que para cuando la casa sea domótica no solo avise de las infracciones sino que salga una mano de goma marca A.C.M.E. y le suelte un manotazo sorpresivo (suavecito,claro) para disuadirla.

    La verdad es que me parto con sus trastadas (las de los dos).

    ResponderEliminar
  4. :(
    Por algo es su seudónimo en el blog y su segundo nombre en casa :)
    Bueno, la verdad es que tienen varios dependiendo de lo que hagan...
    El Señorito es muy cabezón y cuando algo se le mete entre ceja y ceja es peor que ella,...ha llegado a robarme filetes de pollo delante de mis narices en ¡1 segundo!, eso sí, muy fisno él y haciendo honor a su nombre ficticio. Es que este pienso no le gusta demasiado y ahora además está ocupado en otros menesteres más eróticos (por el celo).

    Pues si esto es un trabajo interno, mejor que no salgan de casa, ¡menudo peligro corre el perro del 2º! ;)

    ResponderEliminar
  5. ¡¿Qué haríamos nosotros sin nuestros enanitos y sus trastadas?! Bueno, la verdad es que sin el celo de El Señorito podríamos dormir por las noches...

    :(, tienes razón en lo de que no se molestaría por unas simples croquetas, es más, seguro que fue el incitador y esperó a que ella hiciese el trabajo sucio. Yo llevo años intentándolo y no lo consiguo... snif...

    ResponderEliminar
  6. Pelotillo

    Intentando qué? Qué de qué trabajo sucio? Hemos tenido más gastos con la reforma pero no sé de que me hablas. Me estás asustando! :P

    ResponderEliminar