28.7.11

En pausa


Me voy a tomar un descanso -merecido, por supuesto, que Julio será el Mes de la Cigarra pero mi vida es más tipo hormiga-, y por esta razón In Scriptum no tendrá entradas nuevas por unos días. 
Sí, lo sé. Os he arruinado el verano con esto pero de verdad, existen otras opciones. 

Divertirse y disfrutar es posible fuera de mi blog. Entiendo que en estos días de ausencia de la originalidad, gracia e ingenio que me caracterizan la perspectiva no pinte tan bonita pero podéis sobrellevarlo. Salid a que os dé el sol, el aire, la brisa marina, tomaros un helado... Yo siempre volveré...(y espero que cuando vuelva vosotros lo hagáis también..¿¿verdad??)


Espero relajarme, olvidarme de la tiranía de los horarios, guiarme por el hambre para comer y por el sueño para dormir... o por lo bien que me lo esté pasando para olvidarme de dormir. 
Por supuesto una bloguera no deja de ser una bloguera ni en vacaciones, la bloguera nace y se hace, tiene una responsabilidad con su público y no puede dejarlo abandonado a su suerte indefinidamente; ellos -vosotros- me necesitan -me necesitáis- ¡y no os defraudaré!. (Léase con himno patriótico de fondo).

El caso es que a pesar de olvidarme por unos días hasta de mi nombre y apellidos reales tendré a Mae Wom con las antenas doradas -doradas porque el oro es buen conductor y ya he dicho que estaré a medio rendimiento: la ley del mínimo esfuerzo- preparadas para sintonizar y hacer acopio mental de nuevas ideas, nuevos temas, nuevas entradas...En definitiva, nuevas chorradas que contaros a vosotr@s que pacientemente me léeis y me comentáis. Nunca os lo agradeceré suficientemente.


Ahora en serio, espero que descanséis u os canséis convenientemente, dependiendo de vuestros propósitos vacacionales o de lo que las obligaciones os permitan.


Yo por mi parte renovaré mi lista de buenas intenciones para el año nuevo. Sí, ya sé que no estamos en navidad. Es que para mí el año nuevo real, aquél en el que verdaderamente cambian las cosas empieza allá por septiembre, que es cuando yo vuelvo hecha otra persona después de recuperar mis ritmos vitales...o quizás sea producto de tantos años de estudio. De eso ya hace pero al final se queda el hábito. A veces creo que mi éxito laboral estaría en un puesto de trabajo donde pagaran por presentarte a exámenes, sin ningún objetivo concreto...Se nota que necesito un descanso, empiezo a desvariar.

Que disfrutéis y seáis felices. Yo por mi parte me deseo -y os deseo- que volvamos con ilusión y mucho entusiasmo, dispuestos a comernos la nueva etapa que empezará después de esta pausa.
De momento a imitar a la Cigarra, ¡que esa sí que sabe lo que hace!

18.7.11

El Mes de la Cigarra suena a metal

Otra vez con Julio a vueltas. Creo que nunca un mes había protagonizado tantas entradas en mi blog como éste. 
El sábado Pelotillo y yo asistimos al Sonisphere, el festival metalero en la edición de este año que se celebraba en Getafe. 

"Vaya, una faceta oculta de Mae", diréis, y bueno sí, pero la verdad es por Pelotillo. Él es el de alma heavy metal, el de afición musical heavy metal y afortunadamente no es el del estilismo heavy metal
¿Por qué digo esto? Pues porque llevo ya unos cuantos conciertos rockeros a mis espaldas y orejas y la verdad es que es un atuendo muy exigente. 
Llevar los pantalones vaqueros apretados, camisetas rectas con ilustraciones más o menos siniestras -no todas-, calzado deportivo, pulseras de cuero con tachuelas, chalecos vaqueros o similar, el pelo largo y muchas veces sin una buena mascarilla que lo hidrate no es algo que fácilmente quede bien a todo el mundo. Especialmente cuando los años caen y entre los principios de un metalero no está hacer otro ejercicio que no sea el levantamiento de cerveza, si a eso le añades una calvorota incipiente he de decir, a pesar de que corro el riesgo de que me linchen, que no me extraña que haya tanto soltero entradito en años en este mundillo.

Con todo esto no digo que esté en contra de este estilo pero como todo no hay que quedarse en que es un estilo que "me gusta, me lo acoplo y ya está, que soy muy natural". De verdad de verdad, adáptalo. 
Lleva el pelo largo pero que vea una mascarilla hidratante de vez en cuando, un toque de acondicionador sin aclarado que es más cómodo para que no se encrespe y por favor, si lo tienes rizado NUNCA te lo peines con un peine de diente estrecho. A veces un rapado total imprime carácter y da un toque original, tampoco es una opción que se pueda desechar a la primera. 

No hace falta matarse en el gimnasio pero un poquito de cuidados básicos, un vigilar el tripón, que no se convierta en una barra ambulante donde puedas llevar tu mini sin tocarlo con las manos, y sí un adaptar el estilo a tu cuerpo que te lo agradecerá él y tu vida personal. 

Es probable que haya chicas a las que les guste el aspecto de hombre "natural" que lucen algunos chicos pero la verdad que veo pocas emparejadas en proporción a la cantidad de chicos que acuden aparentemente solteros a los festivales. 
Como dato curioso diré que aunque hay chicas que visten estilo heavy, muchas se acercan bastante al estilo gótico, quizás porque es más sugerente y quizás porque las mujeres en general, están más atentas, aunque sea mínimamente, a su aspecto exterior y prefieren no ser tan radicales si va en detrimento de lo que les siente bien.

Está claro que vestir de esta guisa, si eres un vikingo de músculo cincelado o un adolescente al que todavía su cuerpo le reclama cualquier resto de energía para seguir desarrollando y no hay sitio aún para la grasa, te quedará bien o genial o espectacular pero porque con estas bases no puede haber otro resultado. Si no cuentas con ese regalo de la naturaleza es mejor ser fiel a uno mismo pero sacándole partido al estilo, poniéndolo de tu parte no en tu contra.

Y después de este alegato a que los hombres heavy muestren sus encantos ocultos diré que el concierto estuvo muy bien.
El recinto era enorme. El suelo era de tierra, indicado para beber más aún en pleno mes de julio, y la polvareda que se levantaba cuando la gente se movía se podía mascar entre los dientes. Lo positivo es que no está haciendo tanto calor como es habitual por estas fechas y que allí corría un airecito agradable.

Como se puede ver en la foto había "túneles" con ventiladores y vapor de agua para refrescarte un poquito.


Había muchos sitios donde poder hacer acopio de líquidos pero preferiblemente que no fuera agua, que parecía que la tenían para hacerte una purga. Estaba tan caliente que los hielos que nos consiguió a una amiga y a mí uno de los amigos de estos amigos -muy majete él- se deshicieron antes de terminarnos la botella -pequeña- de agua.

A la izquierda una de las carpas donde comprar cerveza y refrescos, como se ve, rodeada de gente. Los individuos del primer plano no es que vinieran desenfocados de casa, es que no era plan de ir pidiendo autorización para sacarlos en el blog. Todavía hoy estaría intentando hacer la foto.




Ayer vimos en internet que en total fuimos más de 40.000 personas en el festival y sin embargo la sensación no era de agobio. Al contrario de lo que pasó el año anterior en el concierto de Valencia donde éramos la mitad de gente. La visibilidad del escenario en Getafe era bastante buena y la acústica muy buena.

Prometo que todas las cabecitas que bañan la luz no son producto de Photoshop, son reales.
El ESCENARIO de los Maiden, preparado para su actuación -nótense las mayúsculas-.

Iron Maiden apareció con la caída de la tarde

Detalle del escenario

Iron Maiden, que era EL GRUPO al que íbamos a ver principalmente, estuvo genial. Su directo tiene tal calidad que excepto porque la gente de tu alrededor grita las canciones, no defraudan con respecto a los discos, arreglos incluidos.

Se desata la locura

Primeros momentos de la actuación
Su puesta en escena siempre es buena, correcta, elegante -para mi constituyen el heavy elegante, por eso me gustan, si no sería insufrible viviendo con un fan incondicional-, con su dosis de espectáculo y teatralidad.

Parecía un festival de cámaras en vez de música

Los músicos son muy buenos y en general todos los miembros tienen la suficiente experiencia para permitirse disfrutar plenamente con lo que hacen y eso lo transmiten.

Dave Murray guitarreando
Bruce Dickinson en el único momento que dijo algo en español: "c*j*n*s".

Se ve que es un grupo que también es un buen negocio porque es sólido; el trabajo antes, durante y después de su actuación es preciso, como no podría ser de otro modo tratándose de british bacon, la famosa puntualidad inglesa. Si no fueran ingleses deberían ser suizos, por la precisión.

La era tecnológica: ¿disfrutar o acumular recuerdos seleccionados?
Fabricando más recuerdos
"Primer plano" con mi cámara compacta de Bruce Dickinson
Más a título personal son la receta de juventud que Pelotillo se suministra siempre que podemos ir a verlos, porque lo disfruta con lo que significa tener verdadera ilusión por tu grupo favorito. Lo disfruta con sentimiento, se queda ronco de destrozarme las canciones y los oídos cantar, salta y vive cada momento con verdadera emoción.

Eddie, el séptimo miembro, no vivo, de la banda
Un primero plano de la "mascota"
Ahora de frente
Momento del tema "The Number of the Beast"
La noche nos dio un respiro al llevarse el sol
Después de los Maiden nos quedamos a ver a Twisted Sister.

El descubrimiento Twisted Sister

Durante la Semana Maiden, que fue la semana previa al concierto, Pelotillo también me puso temas de Twisted Sister y la verdad, no me llegaban. 
Los encontraba un poco aburridos. Eso hizo que no estuviera muy predispuesta a quedarme a verlos. 
Estaba cansada de estar de pie 5 horas, tenía sed, hambre y sueño. Sí, desde que madrugo salvajemente para trabajar ya no soy lo que era. Nada tiene que ver la edad ni que vaya notando sutilmente que cada vez me cuesta más recuperarme de los excesos -sutilmente, que todavía soy muy joven, faltaría más- pero nos quedamos que fue lo que habíamos acordado Pelotillo y yo. 

Cuando salieron al escenario pensé: "venga, la primera canción y luego la segunda y así para cuando me quiera dar cuenta ya estará terminando" pero a medida que pasaban las primeras canciones y el cantante iba animando al público me fui enganchando y terminé participando de todas las canciones, los chistes y retos que el cantante iba proponiendo a los allí presentes. 
Con casi 60 años el cantante, Dee Snider, tenía más energía en el escenario que yo después de un mes de vacaciones. Ya no sé si natural o no, pero hay que moverse y cantar como lo hacía (a mí me parecía natural).

Ha conseguido que su tema We're Not Gonna Take It", que a mí me sonaba a pop ochentero, se haya convertido en uno de mis favoritos y si tengo que pasar por otro concierto de estos agradecería que estuvieran entre los grupos que toquen. 

Geniales en un momento de la actuación
Después de este buen sabor de boca que nos dejaron, Pelotillo y yo nos fuimos a casa. 

Me hubiera gustado ver a Alice Cooper -al que cancelaron y sustituyeron por otro grupo- y a Apocalyptica -estos últimos tocan hard rock y heavy metal con violonchelos- pero solo de pensar que tendríamos que haber pasado allí dos días la verdad es que ya no me parece tan emocionante.


P.D.: Disculpas por la calidad de las fotos pero la compactilla no da para más.

15.7.11

El Mes de la Cigarra

Ilustración de Josue Maguiña Sánchez
Julio es un mes tontorrón. Empiezan los calores veraniegos y cuando te quieres dar cuenta estás en el mes de julio. Un mes generalmente ignorado y recordado a la vez.
Ignorado porque suele estar antes de las vacaciones -si no es EL MES DE LAS VACACIONES- y con ese afán de que pase pronto es como si no quisiéramos verlo y vamos pronunciado su nombre en bajito:
"Jo, pues en julio tengo que ir al dentista. ¡Qué fastidio! Justo antes de las vacaciones, con lo mal que me viene!"
Otra cosa es que en este mes te vayas a darte el merecido descanso del año: "¡Pues a mediados de JULIO me voy de vacas! ¡Lo estoy deseando!".

Recordado porque es el mes al que le cuentas más los días que a ningún otro del año precisamente para que llegue el deseado paréntesis laboral.


Es un mes en el que en Madrid el calor aprieta que da gusto, aprieta tanto que te duchas para que al salir y ponerte el albornoz tengas algún momento en el día en el que te sientas realmente sec@, porque no hay otra manera. Y te acabas de secar y empiezas a sudar otra vez. Ahí es cuando piensas que qué raro que en invierno no vayas perdiendo agua cuando te mueves porque a juzgar por lo que se suda en verano, nadie diría que cabe tanta agua dentro del cuerpo. Este año sin embargo el verano está siendo benevolente con los madrileños y las temperaturas, excepto al principio del mes, son algo más frescas.

Es un mes donde se afloja hasta el paso en la calle. Yo no sé qué hará el resto de la gente pero desde luego yo dejo de tener prisa para llegar a cualquier parte y si me acerco a un trecho con mucho sol, entre las cuatro y las seis de la tarde, mis pies parece que se giren solos y caminen hacia atrás, hacia la sombra. Hasta tus mascotas dan cuatro pasos (4 pasosx4 patas=16 pasos) por casa y se desploman allí donde corre una brisilla mínima por debajo de la puerta.

Las siestas con calor son más espesas. No sé qué tienen que te echas un ratito y te despiertas una hora y media después con la sensación de que un marciano te ha secuestrado y ha hecho experimentos contigo metiéndote plomo en el cuerpo. Tu cerebro intenta arrancarte de tu posición horizontal pero tu cuerpo no te pertenece. Son momentos agónicos. Tu percepción del tiempo despierta no es mejor que dormida porque te cambias de sitio para recuperarte "cinco minutos" y puede pasar una hora entera mientras tu miras la pantalla negra del televisor apagado.

No es un mes para tomar decisiones importantes. Con semejante calentón climático seguro que te equivocas. Mejor no pensar en cosas complicadas. Es preferible dejarse llevar por el arrullo de los hielos en un vaso de limonada o de un refresco, por el crujiente sonido de los granizados, por el burbujeo de una  cerveza con limón helada, por la brisa artificial del ventilador o por la ilusión térmica de la vuelta al invierno del aire acondicionado.

Cualquier tarea, incluso las de casa, parece menos urgente, más fácil de ser pospuesta, llegando a modificarlas sutilmente: planchar con vapor por planchar sin vapor y con un buen vaporizador de agua en la mano, ese aspirador que echa aire caliente por un meneo de escoba saleroso, el horno por el microondas...Porque hay que comer pero que tan ricamente nos mantendríamos de platos fríos todo el mes: que si hoy un bocata, mañana una ensalada de hortalizas, pasado una ensalada de arroz, otra de pasta...si se pudiera hasta callos en ensalada, con tal de comer frío.

Por eso yo al mes de Julio lo he bautizado como El Mes de la Cigarra ¡y que trabajen las hormigas!

14.7.11

Devorador@s de historias: Canción de hielo y fuego: Choque de reyes

Hoy llega la segunda entrega de Canción de Hielo y Fuego. La historia por la conquista de los Siete Reinos continúa. Hay tres reyes autoproclamados y prácticamente otros dos, en total cinco.

La trama se complica: personajes nuevos, conspiraciones, traiciones,  más intriga, sustancias disueltas en copas de vino, asesinatos, sustituciones, personajes que toman verdadero protagonismo, nostalgia, pasión, incertidumbre, personajes que no aparecen desde el primer libro, persecuciones, dilemas, la vida contra las cuerdas, engaños, escuchar al corazón, actuar por instinto, seguir órdenes a ciegas, perderse en lo desconocido, batallas navales, sobrevivir, descubrir el honor en personajes detestables, buenas noticias que tienen un alto precio, fracasos, momentos místicos, algo parecido al amor...

En definitiva, leer y leer sin parar.
En los momentos de "reposo" se me ha hecho un poco lento. Si en el primer libro necesitaba un árbol genealógico para saber quién es quién en el segundo se acumula lo del primero más los nuevos personajes.
El otro "pero" es que algunos nombres son parecidos pero cambiando solo el orden de las letras y para alguien visual como yo al final acabas viendo el mismo nombre por todas partes...

La gran sorpresa es que pase a ser protagonista alguien atípico en este tipo de historias. He disfrutado un montón con el ingenio, diálogos y la forma de pensar del personaje y no sé por qué me da por pensar que detrás de él está el propio autor. Es tan interesante el desarrollo de este personaje que a veces debes esforzarte en recordar su contexto.

Estoy empezando el tercer libro. Del tercero puedo decir que...Mejor os lo cuento en la siguiente entrega.

Si quieres saber mucho del argumento 
del libro pincha en la imagen

9.7.11

The photographer

El título de hoy debería ser La entrada circular. Pero no me adelantaré al relato.

En este blog no se hacen remilgos a nada. Todo es interesante. Todo es susceptible de protagonizar una entrada, de ser valorado, comentado, opinado, criticado o encumbrado. 
[Bueno, todo lo que me parezca a mí interesante, obviamente, que selecciono lo que publico. No se puede hacer otra cosa, no me puedo salir de mi cuerpo y cual ente fantasmagórico, invadir otros cuerpos, asumir otros puntos de vista. Puedo modificar los míos pero siempre serán los míos.]

¿Y por qué digo esto? Pues porque hoy hablo de música y de fotos. No solo de libros y anécdotas vive el ser humano.

Recientemente he visto una película -seguro que este formato algún día ocupará también algunas entradas de este blog; lo raro es que no haya sucedido antes- que en su banda sonora tenía música de Philip Glass.
Este músico norteamericano de raíces judías comenzó haciendo música minimalista (música que se caracteriza principalmente por la repetición de pequeños fragmentos), concepto del que se ha tratado de desligar sustituyéndolo por "compositor de música de estructuras repetitivas. Quizás es que lo de "minimalista" suena a trabajo mínimo o algo así.

Con el tiempo ha ido evolucionando a estructuras más oíbles y flexibles que han tenido una mejor acogida entre el público. En la línea de este estilo está Michael Nyman, al que le podemos tener más en mente debido a su trabajo en bandas sonoras de películas como El piano, El contrato del dibujante, Gattaca...
En general es un tipo de música que te gusta o la odias.

Yo tengo casi toda la discografía de Philip Glass y he de decir que los primeros álbumes se hacen difíciles de oir. Incluso con suerte puede gustarte un tema  pero estoy de acuerdo en que con el tiempo se ha ido haciendo más audible, algo de lo que me alegro bastante.

El término minimalista puede llevar a engaño porque es de todo menos sencillo. Queda dicho con respecto a escucharlo. Crearlo y ejecutarlo todavía mucho menos. Hay que tener una mente muy bien armada para meterse a componer música de este tipo con miles de fragmentos que se repiten, se entrecruzan y cambian, se transforman, aumentan, disminuyen...Debe de ser igual de fácil que encontrar dónde empieza el dibujo de un fractal.

ejemplo de fractal

No me extraña que Philip Glass sea un profesional cuya formación tiene sus bases en la matemática y la filosofía y que entre sus composiciones cuente con más de 20 óperas, varias sinfonías, muchos conciertos y un etcétera muy interesante. Se le podría considerar un músico clásico pero con técnicas modernas. 
Pero los detalles los dejó aquí; prefiero no saturar con datos que se pueden ampliar más relajadamente a través del nombre del señor Glass.

El título de la entrada de hoy hace referencia al de uno de los álbumes de este compositor, del año 1983. Y sirve de puente para introducir al personaje que en realidad ha motivado esta entrada: Eadweard Muybridge.
Este señor de nombre trabaluénguico fue un fotógrafo e investigador considerado el precursor del cinematógrafo.

La culpa la tuvo una polémica.
Entre los aficionados a los caballos había dos posturas: los que sostenían que el caballo no apoyaba ningún casco sobre el suelo, entre el trote y el galope, y los que decían que sí, una discusión que podríamos considerar totalmente superficial ahora pero teniendo en cuenta que en esos momentos del siglo XIX no había forma de comprobarlo a lo mejor se entiende la inquietud.

La solución vino de la mano de Leland Stanford quien ideó un método para fotografiar un caballo en diferentes momentos de su galope y fue a Eadweard Muybridge a quien se lo encargó. Éste colocó muchas sábanas de color blanco que le prestaron los vecinos para que hicieran de fondo uniforme alrededor de la pista para que Occident, el caballo modelo, se distinguiera mejor.

La técnica fotográfica por entonces requería varios segundos después de la toma y el experimento no salió bien. Lo abandonó por un tiempo y después de un largo viaje por tierras americanas retomó el trabajo.

Como el obturador manual que se utilizaba en las cámaras de la época era muy lento inventó uno mecánico que permitía una exposición insólita de 1/500. (Por si alguien no sabe qué quieren decir estos números significa que el tiempo que permanece abierto el diafragma de una cámara para que la luz "queme" la película y luego se forme la fotografía es lo que dura un segundo dividido en 500 partes, es decir nada. Esta explicación algo moderna aunque inexacta sirve para hacernos una idea aproximada aunque hay que considerar que por entonces en vez de película fotográfica lo que se usaba eran placas de vidrio recubiertas por soluciones químicas.)

De este modo Muybridge aportó luz al debate pudiéndose comprobar claramente que había un momento en el que el caballo tenía todas las patas en el aire.
Stanford, encantado con el resultado, decidió buscar los medios para repetir el experimento mejorando la calidad de las condiciones y para ello reformó su rancho. En esta ocasión la fotografíada fue una yegua y Muybridge pintó después los negativos para que se viera solo su silueta. Se obtuvo una secuencia de 12 fotografías en medio segundo.

Muybridge quiso ir más allá e inventó un nuevo sistema: en una pista de carreras de 40 metros situó tres baterías con 24 cámaras cada una, una en paralelo a la pista y otras dos en los extremos en ángulos de 90º y 60º. Cada vez se disparaban tres cámaras al mismo tiempo, una de cada batería. La película fotográfica eran placas secas que se impresionaban a una velocidad más o menos controlable que podía ir desde segundos a 1/6000, según la velocidad de lo que se fotografiase. 

Al principio el sistema para activar las cámaras consistía en que el caballo iba rompiendo unos hilos que cerraban contactos eléctricos que a su vez activaban los obturadores. Más tarde Muybridge inventó un temporizador construido con un tambor rotatorio que giraba según la velocidad del motivo y enviaba impulsos eléctricos a las cámaras en el momento necesario.

Movido por el deseo de llegar más lejos años más tarde inventó el zoopraxiscopio, consiguiendo acercarse cada vez más al cine. 
discos de zoopraxiscopio

zoopraxiscopio










Compartió sus fotografías de caballos con los inventores del fonógrafo, Thomas Alvas Edison y William K. L. Dickson,  para tratar de conseguir entre todos imágenes sonoras pero no lo llegaron a realizar. Edison sin embargo sí utilizó algunos de sus trabajos con los caballos para su kinetoscopio, el antecesor del proyector de cine.

Muybridge continuó registrando movimientos de animales e incluso de seres humanos de gran utilidad para el mundo científico. El número de planchas fotográficas creadas por él es de 100.000, una cifra nada desdeñable.

Philip Glass creó The photographer inspirándose en un acontecimiento de la vida de Muybrige. Cuando Muybridge tuvo conocimiento de que su esposa le era infiel visitó al amante de ésta y a modo de respuesta a la última carta del amante a su esposa le disparó, matándolo casi al instante. Fue arrestado y juzgado y finalmente declarado no culpable (homicidio justificado en la versión inglesa). 
El trabajo de Philip Glass interpreta estos hechos y crea una composición en la que utiliza las famosas fotografías en movimiento del inventor del zoopraxiscopio.

portada del album
Para terminar por hoy esta larga entrada os dejo un vídeo con el Acto I del album donde se pueden ver imágenes de los experimentos de Muybridge acompañadas de la música de Glass.



7.7.11

El "o sea" por el -azo

Las costumbres y los usos cambian.
Allá por los 80 se puso de moda Snoopy, el jersey de pico echado sobre los hombros, los pantalones tobilleros, las zapatillas bambas, los colores pastel, los pañuelos cuadrados (mejor de Snoopy o Twetty) doblados sobre sí mismos y anudados en la nuca a modo de diadema en las cabezas de las chicas, incluso algún cuello de la camisa levantado...

Viéndolo ahora con la distancia de unos ¡¿veinte años?! (qué mayor me hace esto) podríamos decir que era una especie de revisión del estilo estudiante universitario americano y el gusto por lo vintage, más de ahora (entre otras cosas porque lo que se usaba en los 80, y hacia atrás, constituye el vintage actual).
Todos estos distintivos fueron acogidos por un sector de la población con poder adquisitivo, formación en colegios privados o intención de continuarla y gustos musicales parecidos, por señalar algunos ejemplos. Ya se sabe que tradicionalmente querer emular a las clases pudientes es sinónimo de la ilusión de sentirse pertenecientes a ellas (ilusión entendida como fantasía no como sentimiento de alegría). Por ello estos distintivos también fueron detentados por personas con menos nivel económico por aquello de sentirse también un poquito más mejor.

La edad de las personas con estas afinidades que me rodeaban en mi vivir diario era similar a la mía, así que no podía saber qué perfil tendrían los padres de las criaturas que vestían y respiraban "en rosa", probablemente encima fueran muy normales. Sí sé que se empezó a oir, primero sutilmente, y luego como marca de identidad, un lenguaje alternativo, un dialecto diríamos, en boca de esta fauna urbana.

Típico, memorable y aún hoy lamentablemente oíble, era la locución "o sea". Marcando mucho la ese: "ossssssssssseeeeaaa" y con un toque nasal entre la e y la a; muchas veces aplicando un significado sin ninguna relación con la expresión a la que sustituye: "es decir". No era extraño por ello oir frases como: "Me ennnncangta esta película, o sssea, es genial", por ejemplo.
Las modas evolucionan, aunque más bien parece que revolucionan por aquello de que recuperan elementos antiguos y los mezclan con otros no probados y ¡tachán!, sale algo nuevo, en un movimiento histórico cíclico y en espiral.

Ahora con la democratización que da internet (y doy gracias porque si no yo no podría estar escribiendo esto más que para mi en mi casa en cualquier cuaderno o en su defecto estaría dándole la chapa a algún familiar o amig@ que me quiera de corazón) las diferencias se diluyen. Todos podemos ser estrellas, modelos, protagonistas, crearnos un personaje con solera aunque llevemos dos días en la red, cuasi relacionarnos con lo más granado de la música, el espectáculo, tocar verbalmente a nuestros ídol@s a través de herramientas tan asombrosas como Twitter y Facebook o simplemente convertirnos en voyeurs consentidos, también a través de los blogs, etc.

Las celebrities bajan el nivel y se ponen a pie de calle, tienen páginas propias donde aparentemente se dirigen a un público incondicional al que rara vez contestan, con él comparten sus exquisitas miserias diarias parapetadas detrás de una distancia que por lejana helaría hasta el desierto del Gobi. (Digo "exquisitas miserias" porque de miserias no tienen nada.)

Ya no queremos admirar a alguien conscientemente inalcanzable, queremos tener sensación de probar, tocar, paladear a ese ser fulgurante, queremos recrearnos y compartir esa ilusión colectiva de que "yo también puedo conseguirlo", el típico sueño americano a gran escala, alimentarnos entre todos a nosotros mismos perteneciendo al fin y al cabo a un grupo que solamente puede admirar a otros desde la grada. Queremos sentir el poder que da creer que el fulgor de las estrellas nos calienta pero lo que nos calienta es el reflejo de los focos que apuntan a la fama.


Queremos pruebas vivientes de que el éxito es posible para todos, de que realmente nuestra vida monocroma puede trastocarse por un golpe de suerte, y porque nos lo merecemos, en una vida de cuento hecha realidad.
Existen princesas del pueblo que viven mejor que los dioses del Olimpo (algo que particularmente a mí no me molesta ni me interesa ni me alegra), que representan el sentir popular, se convierten en la voz pública, en representantes por fin escuchados de la reinvindicación de derechos de la gente de la calle, en la voz de la protesta contra las injusticias sociales, con quien el vulgo se identifica. Contradictoriamente en todo lo que príncipes populares y plebeyos pueden coincidir es en unos cuantos argumentos populistas de sentido común. El resto está tan cerca como la Tierra de una galaxia roja.

También entiendo que no es culpa suya. El mundo de las fotos, los flashes y las poses le ha puesto en bandeja una vida mejor, ¡quién iba a rechazarla! pero no puede ser que esos mismos flashes hayan cegado la capacidad de pensar de tantos y tantos seguidores que aspirarían a medrar económicamente para tener, para ostentar, sin darle más provecho personal al dinero que vivir bien (algo totalmente legítimo pero insuficiente), arrastrando las mismas carencias que a la vez una buena economía podría solventar, confundiendo ser uno mismo con haberse quedado estancado en la mentalidad del instituto, sinceridad con brutalidad porque hay un público conquistado que te aplaude cualquier cosa que hagas, pudiendo hacer por fin lo que se supone que la nueva gente con la que te relacionas hace en ese nivel. 
Pero la apariencia es la verdadera princesa del pueblo y el reconocimiento de los demás el título de reina.

El espíritu del éxtasis
Todavía se puede oir un "o sea", una ene cargada de matices traídos desde lo más profundo de la nariz pero lo verdaderamente indentificativo, los pelos de las orejas del lince, las rayas de la cebra, las manchas del leopardo, el "espíritu del éxtasis" de los Rolls-Royce, el payaso de McDonalds del lenguaje in es ahora la utilización del sufijo -azo. Se da especialmente en entornos referidos a la moda, cómo no.

Ya no hablamos de un tacón de aguja, de un tacón cuadrado, salvo que lo haga alguien especializado de verdad. Así en vez de hablar de un tacón alto, de un tacón de infarto, se habla de taconazo.

La homogeneización llega también a la moda, paradoja donde las haya pues lo que siempre se busca en ella es la distinción, desmarcarse del bulto amorfo del grupo.

Estoy de acuerdo en que una persona cuya profesión está orientada a conocer y a utilizar las tendencias en la indumentaria que suelen venir de fuera, bajo términos anglosajones, tire por la calle de en medio y hable así. El trabajo de los demás hay que respetarlo.
Pero utilizar estos pseudo-tecnicismos "modiles" hasta la saciedad por alguien que nos enseña qué buen gusto tiene vistiendo en su casa...
Cuando se hace muy frecuentemente produce el efecto contrario, una falta de recursos verbales y estéticos ("La elegancia no es ponerse un vestido nuevo": Coco Chanel) y un alarde de ostentación como sería ponerse todo el joyerío que una tuviera en casa para ir a una celebración pegase o no.


La adición del famoso sufijo traspasa las fronteras del vestir y va más allá. Se usa con la metereología: no hace un calor de muerte, no hace mucho calor. "Hoy hace calorazo". Y tan frescos nos quedamos.

Claro que todo esto puede producirte rechazo, o disgusto, incluso asco. Pues no, lo que debe darte es ascazo. Y no sé por qué extraña razón la palabra invita a hacer más sutil la ese, en paralelismo al toque nasal de la ene pija entre consonantes.
Todos tenemos algo que aportar, hay verdaderos talentos en la red, la libertad y la expresión de la creatividad en aquello que nos haga felices es incuestionable pero por favor, con naturalidad, sin forzar posturas ni adoptar estilos de otros pensando que impepinablemente debe ser así o que solo así funciona. 

La mayoría de las chicas trendy que encontrarás fashion on line, aquellas que simulan tomarse helados gigantescos, cafés con kilos de nata montada, que portan apenas 50 ó 60 kilos sobre un cuerpo de 1.70 de estatura como mínimo, (las modelos son una especie de consecuencia de selección natural de delgadez donde la mayor parte del espléndido resultado que se ve se lo deben a la genética aunque obviamente no pueden cometer excesos) poniendo morros en torno a una pajita, en un gesto encantador y nunca concluido, siempre tan perfectas, tan favorecidas y finas, se desmelenan y se "vulgarizan" incorporando a su hablar diario ese sufijo que curiosamente y desde un punto de vista lingüístico se utiliza para darle a un término el significado de "golpe o movimiento brusco".
¿Será el que nos daremos al caernos por llevar taconazo?

6.7.11

Vacaciones en el mar

Hoy he visto este anuncio y me he puesto a pensar.


¿Y si me hago un curso de estos? ¿Cambiaría mi vida drásticamente? ¿Le daría el cambiazo a la oficina por el mar y los barcos? ¿Yates? ¿Barquichuelas? Porque no especifica en qué tipo de embarcación te puedes embarcar. La buena embarcación buen embarcador tendrá.

Dejaría atrás los lamentos internos -y externos- mañaneros cuando suena el despertador y voy reptando de la cama al baño para despejarme.
Comprobaría que se puede estar despierta después de las 12 de la mañana incluso habiéndome levantado mucho antes...¿pero cuánto antes? ¿Más que ahora? El azote del agua fría en la cara siempre ayudará más que unos cuantos fluorescentes sobre la cabeza.

¿Echaría de menos la insípida y segura rutina de estar entre cuatro paredes de lunes a viernes (y algún sábado)? ¿Comprobaría que puedo vivir sin peinarme?  ¿El recuerdo de la mujer de pelo -casi- liso que soy ahora en las tierras del centro del país se iría difuminándo con el tiempo en cuanto se me desataran los rizos locos que aparecen nada más mi pelo huele humedad marítima?

No sé, tengo dudas. ¿Qué tipo de curso para ser patrón de embarcaciones (PER, pronúnciese PPEEEEERRRRRRRR) puede hacerse en línea? Es como si te ofrecen un curso de neurocirujano a distancia...o de corredor de fondo.

Mi ignorancia quizás sea mucha y hoy en día los simuladores puede que sean la caña pero me encuentro con la frase "...Ejercicios interactivos y test de similares a los del examen.." ¡Pero, ¿qué es esto?! ¡Qué encima no consigues el título ni ná! ¡Qué todavía te queda un examen posterior!
¿Y qué es eso de "test de similares a los del examen"? ¿Qué podrías hacer el examen con marcianos pero te dejan hacerlo con seres similares a ti? ¿Qué iban cortos de presupuesto para el anuncio y han metido una tijera de jardinero para entrar aunque fuera justitos?

A lo mejor no merece la pena. Puede que sea solo para fardar, como en la foto, y jugar a escena titanic en la proa pero la verdad para eso no me hace falta un curso. Me cojo a Pelotillo, subimos las persianas del balcón a tope y extiendo los brazos y ya si eso en vacaciones contratamos un paseo en barco.