9.7.11

The photographer

El título de hoy debería ser La entrada circular. Pero no me adelantaré al relato.

En este blog no se hacen remilgos a nada. Todo es interesante. Todo es susceptible de protagonizar una entrada, de ser valorado, comentado, opinado, criticado o encumbrado. 
[Bueno, todo lo que me parezca a mí interesante, obviamente, que selecciono lo que publico. No se puede hacer otra cosa, no me puedo salir de mi cuerpo y cual ente fantasmagórico, invadir otros cuerpos, asumir otros puntos de vista. Puedo modificar los míos pero siempre serán los míos.]

¿Y por qué digo esto? Pues porque hoy hablo de música y de fotos. No solo de libros y anécdotas vive el ser humano.

Recientemente he visto una película -seguro que este formato algún día ocupará también algunas entradas de este blog; lo raro es que no haya sucedido antes- que en su banda sonora tenía música de Philip Glass.
Este músico norteamericano de raíces judías comenzó haciendo música minimalista (música que se caracteriza principalmente por la repetición de pequeños fragmentos), concepto del que se ha tratado de desligar sustituyéndolo por "compositor de música de estructuras repetitivas. Quizás es que lo de "minimalista" suena a trabajo mínimo o algo así.

Con el tiempo ha ido evolucionando a estructuras más oíbles y flexibles que han tenido una mejor acogida entre el público. En la línea de este estilo está Michael Nyman, al que le podemos tener más en mente debido a su trabajo en bandas sonoras de películas como El piano, El contrato del dibujante, Gattaca...
En general es un tipo de música que te gusta o la odias.

Yo tengo casi toda la discografía de Philip Glass y he de decir que los primeros álbumes se hacen difíciles de oir. Incluso con suerte puede gustarte un tema  pero estoy de acuerdo en que con el tiempo se ha ido haciendo más audible, algo de lo que me alegro bastante.

El término minimalista puede llevar a engaño porque es de todo menos sencillo. Queda dicho con respecto a escucharlo. Crearlo y ejecutarlo todavía mucho menos. Hay que tener una mente muy bien armada para meterse a componer música de este tipo con miles de fragmentos que se repiten, se entrecruzan y cambian, se transforman, aumentan, disminuyen...Debe de ser igual de fácil que encontrar dónde empieza el dibujo de un fractal.

ejemplo de fractal

No me extraña que Philip Glass sea un profesional cuya formación tiene sus bases en la matemática y la filosofía y que entre sus composiciones cuente con más de 20 óperas, varias sinfonías, muchos conciertos y un etcétera muy interesante. Se le podría considerar un músico clásico pero con técnicas modernas. 
Pero los detalles los dejó aquí; prefiero no saturar con datos que se pueden ampliar más relajadamente a través del nombre del señor Glass.

El título de la entrada de hoy hace referencia al de uno de los álbumes de este compositor, del año 1983. Y sirve de puente para introducir al personaje que en realidad ha motivado esta entrada: Eadweard Muybridge.
Este señor de nombre trabaluénguico fue un fotógrafo e investigador considerado el precursor del cinematógrafo.

La culpa la tuvo una polémica.
Entre los aficionados a los caballos había dos posturas: los que sostenían que el caballo no apoyaba ningún casco sobre el suelo, entre el trote y el galope, y los que decían que sí, una discusión que podríamos considerar totalmente superficial ahora pero teniendo en cuenta que en esos momentos del siglo XIX no había forma de comprobarlo a lo mejor se entiende la inquietud.

La solución vino de la mano de Leland Stanford quien ideó un método para fotografiar un caballo en diferentes momentos de su galope y fue a Eadweard Muybridge a quien se lo encargó. Éste colocó muchas sábanas de color blanco que le prestaron los vecinos para que hicieran de fondo uniforme alrededor de la pista para que Occident, el caballo modelo, se distinguiera mejor.

La técnica fotográfica por entonces requería varios segundos después de la toma y el experimento no salió bien. Lo abandonó por un tiempo y después de un largo viaje por tierras americanas retomó el trabajo.

Como el obturador manual que se utilizaba en las cámaras de la época era muy lento inventó uno mecánico que permitía una exposición insólita de 1/500. (Por si alguien no sabe qué quieren decir estos números significa que el tiempo que permanece abierto el diafragma de una cámara para que la luz "queme" la película y luego se forme la fotografía es lo que dura un segundo dividido en 500 partes, es decir nada. Esta explicación algo moderna aunque inexacta sirve para hacernos una idea aproximada aunque hay que considerar que por entonces en vez de película fotográfica lo que se usaba eran placas de vidrio recubiertas por soluciones químicas.)

De este modo Muybridge aportó luz al debate pudiéndose comprobar claramente que había un momento en el que el caballo tenía todas las patas en el aire.
Stanford, encantado con el resultado, decidió buscar los medios para repetir el experimento mejorando la calidad de las condiciones y para ello reformó su rancho. En esta ocasión la fotografíada fue una yegua y Muybridge pintó después los negativos para que se viera solo su silueta. Se obtuvo una secuencia de 12 fotografías en medio segundo.

Muybridge quiso ir más allá e inventó un nuevo sistema: en una pista de carreras de 40 metros situó tres baterías con 24 cámaras cada una, una en paralelo a la pista y otras dos en los extremos en ángulos de 90º y 60º. Cada vez se disparaban tres cámaras al mismo tiempo, una de cada batería. La película fotográfica eran placas secas que se impresionaban a una velocidad más o menos controlable que podía ir desde segundos a 1/6000, según la velocidad de lo que se fotografiase. 

Al principio el sistema para activar las cámaras consistía en que el caballo iba rompiendo unos hilos que cerraban contactos eléctricos que a su vez activaban los obturadores. Más tarde Muybridge inventó un temporizador construido con un tambor rotatorio que giraba según la velocidad del motivo y enviaba impulsos eléctricos a las cámaras en el momento necesario.

Movido por el deseo de llegar más lejos años más tarde inventó el zoopraxiscopio, consiguiendo acercarse cada vez más al cine. 
discos de zoopraxiscopio

zoopraxiscopio










Compartió sus fotografías de caballos con los inventores del fonógrafo, Thomas Alvas Edison y William K. L. Dickson,  para tratar de conseguir entre todos imágenes sonoras pero no lo llegaron a realizar. Edison sin embargo sí utilizó algunos de sus trabajos con los caballos para su kinetoscopio, el antecesor del proyector de cine.

Muybridge continuó registrando movimientos de animales e incluso de seres humanos de gran utilidad para el mundo científico. El número de planchas fotográficas creadas por él es de 100.000, una cifra nada desdeñable.

Philip Glass creó The photographer inspirándose en un acontecimiento de la vida de Muybrige. Cuando Muybridge tuvo conocimiento de que su esposa le era infiel visitó al amante de ésta y a modo de respuesta a la última carta del amante a su esposa le disparó, matándolo casi al instante. Fue arrestado y juzgado y finalmente declarado no culpable (homicidio justificado en la versión inglesa). 
El trabajo de Philip Glass interpreta estos hechos y crea una composición en la que utiliza las famosas fotografías en movimiento del inventor del zoopraxiscopio.

portada del album
Para terminar por hoy esta larga entrada os dejo un vídeo con el Acto I del album donde se pueden ver imágenes de los experimentos de Muybridge acompañadas de la música de Glass.



4 comentarios:

  1. Muy interesante la entrada y muy didáctica. Espero poder sacar esta tarde el nombre Philp Glass en alguna conversación para esconder mi gran incultura con tu enorme cultura que una vez más queda de manifiesto en este maravilloso post... XDDD

    Ahora en serio, me ha gustado mucho y lo que más me ha llamado la atención ha sido, quizá, lo que menos relación tiene con el post y son dos cosas relacionadas. La primera es que en una infidelidad siempre sale perdiendo el amante y no el cónyuge/novi@ ponedor de cuernos, es muy curioso, es como si la culpa no fuese de tu pareja sino del amante que la ha convencido con malas artes para que fuese infiel pero en el fonto ella/el no querían y por eso no los matan.
    La segunda es que ha sido un homicidio justificado, alguien se acuesta con mi mujer, yo me lo cargo y aquí paz y después gloria. La de asesinatos que se podrían urdir con esta treta... un matrimonio de conveniencia, un objetivo, dinerito de por medio y una sentencia favorable de antemano...

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  2. No en vano a mí no me nombran presidenta en la comunidad. ¡Me nombran Ministra de Cultura! :P

    Afortunadamente las leyes han cambiado un poco desde entonces y las mujeres son un poquito menos propiedad de los hombres.

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  3. Me ha encantado la entrada, tanto en lo referente a Glass como a Muybridge. Yo también soy de la opinión de que el minimalismo no es sencillo y está muy infravalorado.

    Por lo demás, coincido con Pelotillo en cuanto a lo del asesinato del amante de la mujer de Muybridge. Es curioso que siempre se eche la culpa al elemento que viene de fuera en lugar de pensar en las razones que han podido llevar al de dentro a hacer lo que ha hecho. Supongo que es más fácil tirar del "deus ex machina" en vez de hacer acto de contrición.

    ¡Saludos!

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  4. ¡Bienvenida, Azote ortográfico!
    Me alegro de que te haya gustado.
    Sí, es incomprensible que siempre se ponga la mirada en el tercero o tercera en discordia. En el caso de quien se busca amante se puede entender, por aquello de autodisculparse pero la pareja.., en ese caso será por autoengañarse.

    Bueno, ahora que sé que puedes leer alguna de mis entradas vigilaré mi ortografía :P (Cualquier corrección será muy bien aceptada)

    Un saludo

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