29.10.12

Cuando la fe sale a tu encuentro

Quien utilice el transporte público en Madrid habrá notado -imposible evitarlo- que desde hace unas semanas tenemos paros que suelen coincidir viernes y lunes para tremendo regocijo de los usuarios. Pero como los madrileños debemos de tener un tanto por ciento de mártires y también necesidad de desplazarnos seguimos usándolo a pesar de que de repente tengamos que intimar con desconocidos mientras ponemos cara de viaje en ascensor y buscamos inspiración en el techo, escudriñándolo con ahínco.

Esto de las huelgas de transporte público no lo acabo de entender muy bien. Se supone que se perjudica al usuario para que nosotros protestemos y hagamos presión o dejemos de usarlo en esos días pero: 

a. Está más que demostrado que las personas que tenemos que coger el transporte público da igual que sea huelga o no, hay que llegar al lugar de trabajo, citas, etc y sabemos de sobra que no sirve de nada protestar. Y en un vagón abarrotado de gente hay mucha tensión de por sí así que mejor guardar la calma. Se ve que los que hacen los paros no saben lo que es. 
b. Tal y como está montado el sistema de tarifas a todo lo más que podemos llegar es a saltar el torniquete de entrada y eso si no te cascan las rodillas, que no tod@s estamos para esos trotes. Pero digo yo, ¿para qué quiero arriesgarme a hacerme una fractura de menisco si precisamente porque uso el transporte público a diario pago el abono mensual? Que sería de idiotas con los precios que tienen ahora darse el lujo de hacer varios viajes al día con billete sencillo y ahora mismo es un lujo casi con el bono. Es un lujo viajar en transporte público en general.

Sea como fuere los que pierden son l@s viajer@s que pagamos lo mismo por un servicio peor y llegando tarde al trabajo.

El viernes fue un día glorioso. Sabiendo que las horas punta son las que más duelen y que los viernes hay empresas que terminan a las tres el viernes introdujeron una novedad: Poner precisamente los paros media hora antes y hasta dos horas después. 
De ese modo no había escapatoria porque a ver quién es el/la bonito/bonita que sale más de media hora antes de trabajar, tal y como está la cosa, sin tener casi que pedir un día de vacaciones. Sí, que esto de pedir un día es una exageración pero a mí ya me parece saña. Que con que empiecen a las tres ya hacen pupita. Que además están los paros encubiertos los días no oficiales de huelga.

Después de esta reflexión-pataleta que agradezco me hayáis dejado hacer por el bien de mi salud nos metemos en situación. 

Ahí que entro yo al andén y veo que está abarrotado de gente y leo con asombro que los paros se han adelantado como ya he contado. He quedado en el centro y no voy a llegar ni aunque me vuelva plana como un tallarín, que no conseguiré hacerme sitio porque vienen los trenes que no cabe una pelusa.

Así que como últimamente estoy buscando el equilibrio y mantener la paz interior lo dejo estar, si total cualquier viernes siempre hay algo parecido en condiciones normales. 
....Pero qué de mala vibración hay en el andén, que se percibe la negatividad.... Que como yo estoy tan sensitiva últimamente lo noto y todo así que yo sigo con mi plan. Concentración y paciencia, cero agobios, música en los oídos, observo las malas caras. Pasa por mi lado una señora rubia con el ceño fruncido, qué malo es esto para las arrugas. Yo voy bien, aunque pase el primer tren y mire con angustia cómo la gente se mete a presión, pero literal eh, que aquí no exagero. Que siempre pienso cuando lo veo que ojalá no falle nada en el viaje, que nunca pasa nada importante, pero que con tanta gente dentro no se salva ni el cartel de la inspección sanitaria. 
Pasa un segundo tren, en iguales condiciones. Lo dejo marchar. Tan bueno es no perder tu tren como saber cuándo dejarlo pasar. La señora rubia que está más o menos cerca de mí ha decidido esperar también, somos un@s cuant@s esperando y creciendo. La estadística no falla, hay que dejar pasar dos trenes si quieres llegar de una pieza a tu destino. Sigo escuchando música. 

Se aproxima la señora rubia. Supongo equivocadamente que quiere preguntarme algo. Blande un folleto que cuando ya me lo acerca a la cara leo: "Consuelo para el deprimido" mientras me dice: "Para que lo leas en tu tiempo de espera", con una sonrisa que yo siento a medio camino entre el embaucamiento y el autoengaño que ya hay que estar muy convencido de que alguien va a estar deseando leer algo así y más aún en plena huelga de transporte. Yo le dedico una sonrisa producto de mi experiencia (defecto) profesional en atención al público pero que acompaño de un "no, gracias". A mí ya no me convierte ni dios.

Debe de ser que me vio necesitada de iluminación o que me vio hecha polvo porque no se lo ofreció a nadie más y eso me dio que pensar...Pero como estoy simplificando al máximo lo pensé...unos segundos :) y me fui al final del andén que vi que el último vagón del segundo tren aún hubiera admitido dos viajeros más. Y efectivamente a la tercera me subí, apretada como una sardinilla pero con espacio suficiente para que los pulmones hicieran su función.




15.10.12

Alien y yo: esa historia de amor que nunca acaba

Prometheus llegó por fin a la gran pantalla de mi casa, concretamente la del salón, que es la más grande si contamos los ordenadores. A pesar de que no las tenía todas conmigo porque las precuelas (pseudo precuela en este caso) suelen decepcionarme, y pongo de ejemplo Las crónicas de Riddick después de ver Pitch Black, me ha sorprendido gratamente.

imagen de Blog de Cine

Por supuesto allá donde esté Fassbender voy yo a ver lo que haga y digo esto teniendo aún pendientes de ver unas cuantas películas suyas pero ese es el impulso que me provoca. Ha sido un actor que ha despertado mi admiración de forma pausada y creciente y cada vez me gusta más. Me sorprende y me asombra su capacidad camaleónica para lograr hacer un personaje distinto cada vez. Consigue que me los crea todos y que no vea a Fassbender sino al personaje.

Noomi Rapace es otra actriz a la que también tengo en alza en mi ranking particular y un punto clave para seguir impulsándola en la lista ha sido precisamente esta película. 
Debo decir que me echa para atrás su parecido con Berta Collado, quien lamentable e injustificadamente me produce cierto rechazo que yo atribuyo sobre todo a su papel de buenorra-simpática-de-guión de "Sé lo que hicistéis", un programa que era entretenido hasta que se lo fagocitó el ego de Patricia Conde y cuyo contenido empezó a centrarse exclusivamente en su guerra con Telecinco.
Pero a Noomi Rapace le daré muchas oportunidades más porque me transmite plenamente lo que hace y me convence y me cae bien. De Charlize Theron no digo nada porque todo lo hace bien y es siempre muy convincente.

Prometheus explora hacia atrás en la historia de Alien y fantasea nada menos que con el origen de la especie humana. Conecta muy bien con Alien, el octavo pasajero pero tiene su propio hilo y perfectamente podría tener una continuación. De hecho yo necesito que tenga una continuación.

Y claro, es notar el gusanillo de Alien (en sentido figurado afortunadamente) y es como las pipas, ya no puedes parar cuando empiezas así que otra vez me he vuelto a enganchar a sus pelis. Que me veo una y me las tengo que ver todas, incluso la tercera que es la que menos me gusta. Y las he visto montones de veces y me dejan pegada a la pantalla igual que siempre y sigo sufriendo la tensión como el primer día. Es como una relación tortuosa en la que sabes que no hay nada nuevo por descubrir, que ya está todo dicho pero es reencontrarte con el sujeto de deseo y vuelves a caer con todo el equipo, como la primera vez aunque la verdad es que con Alien, no caigo, me tiro en plancha a sus brazos.
Pero no es plan, señores, que luego tengo que decidir si sacrifico mis costumbres televisivas o me troceo Alien en sesiones interruptus y así no se puede, no.

De aquí en adelante voy a tener que pasar de espaldas a la estantería de las pelis más aún cuando parece que sacarán una segunda parte de Prometheus (acabo de descubrirlo mientras escribo esta entrada)...y entonces serán 6 películas las que me tendré que ver casi del tirón...