21.12.12

Breve reflexión pre-navideña

Foto de Efe
Ayer pensaba en la lotería. Todos los años por estas fechas, compramos décimos soñando con los pequeños o grandes cambios que supondrían nuestros billetes premiados.
Pero este año la lotería más que para soñar serviría en muchos casos para dejar de sufrir.

Dejar de pasar noches en vela viendo como se acerca el fin del cobro de la prestación por desempleo y aún sin trabajo. 
Dejar de tener una bola en el estómago viendo que la alimentación de tus hijos es de supervivencia.
Dejar de recurrir a la generosidad de los familiares.
Dejar de disimular el brillo de una ropa demasiado gastada por el uso.
Dejar de recortar en gastos "superfluos".
Dejar de engullir la vergüenza que lleva implícita un desahucio o recurrir a un comedor social.
Dejar de tragar con situaciones injustas antes e injustas ahora en el trabajo porque "ahora está todo muy mal". (Para esta situación y la siguiente hace falta un buen pellizco).
Dejar de ajustar tus enfermedades a los días que puedes permitirte faltar al trabajo por si acaso.
Dejar de quedarte en casa las próximas vacaciones de verano después de un año de trabajar más horas por menos sueldo si no tienes familiares o amig@s con casa fuera que te ofrezcan la alternativa.
Dejar de ver cómo la cifra de tus gastos devora a la de ingresos lenta e inexorablemente.

Y podría seguir pero esta entrada la he titulado "breve reflexión". 

Estaría bien que nos tocara a todos un poquito en vez de que unos pocos amasaran grandes fortunas. Sería un ejemplo muy significativo a seguir a todos los niveles (todos, los más altos los primeros) en estos tiempos que corren.

Sé que es improbable pero por si acaso no es imposible:

Feliz premio de lotería para tod@s.

13.12.12

Devorador@s de historias: Come, reza, ama


Lo mío con las micro-casualidades es algo a lo que ya me he acostumbrado y me parece natural.
No es raro que esté interesada en un tema y a los pocos días aparezca una tertulia en un programa de radio, una letra de una canción, o me tope con un libro o una película que hablen sobre el mismo asunto.
A veces estas casualidades son superficiales. Simplemente pueden consistir en haber leído, por ejemplo, que el rastro de Amelia Earhart en su último vuelo se perdió cerca de la isla Howland y el mismo día o al siguiente encontrar por casualidad entre los diferentes canales de televisión -y son unos cuantos, tantos que pruebo al azar porque no consigo aprendérmelos nunca- un documental que habla sobre esta isla y por casualidad he llegado allí en el minuto del programa donde empiezan a mencionarla. 

De forma más relevante, otras veces mi curiosidad se obsesiona, por ejemplo, por cómo conseguir mantener un equilibrio interior que vaya más allá del período de vacaciones. (Esto siempre ha sido una curiosidad pero desde hace unos años se ha convertido definitivamente en una obsesión.)
Obviamente los libros que escojo estarán orientados a satisfacer esta demanda y quizás hasta las películas pero una cosa es lo que parecen y otra lo que resultan ser. 
En este punto de la entrada espero que no haya un psiquiatra con exceso de celo leyéndome porque he de decir que...los libros me hablan. Sobre todo de un tiempo a esta parte.

No es la primera vez que paso las primeras páginas de un libro pensando si quizás debería estar leyendo aquel otro que también tenía buena pinta cuando, a medida que leo, encuentro claves que tienen que ver directamente conmigo. 
Entonces el libro se transforma. O quizás soy yo la que lo hace porque siento que ya no somos el libro y yo si no que me fundo con el contenido -en un sentido metafórico, señor psiquiatra- y se establece una conexión entre lo allí explicado y yo, como si lo hubieran escrito para mí. 
Me parecería perfectamente normal que en algún momento encontrara alguna frase que dijera algo así, como, "Mae, cuando hayas llegado a este punto recuerda lo que digo en el capítulo anterior: debes...".


Come, reza, ama de Elisabeth Gilbert tiene algo que me ha enganchado terriblemente. Probablemente se deba a similitudes en experiencias y en el modo de afrontarlas. Puede que también se deba a la curiosidad por saber cómo otra persona ha resuelto desde el punto de vista personal una situación e inquietudes parecidas. 

Una mujer de vida acomodada se encuentra en un matrimonio al que ha llegado por inercia y  puro autoconvencimiento y un día descubre lo inevitable, que no es el lugar donde quiere estar. A partir de ahí la búsqueda de su felicidad interior la llevará a recorrer otros caminos y otros lugares que definan lo que verdaderamente quiere.
(Puntualizo que las coincidencias con la autora no están en este aspecto...Por si acaso).

Recuerdo que hubo una película protagonizada por Julia Roberts y Javier Bardem basada en este libro pero todo lo que huela a comedia romántica me produce un cierto y automático rechazo. Es como los análisis de sangre, que con una o dos veces al año tienes suficiente para saber cómo está todo y no perderte algo importante.
Además Julia Roberts creo que ha llegado a eclipsar a sus propios personajes y con Bardem, en cada película tengo que hacer soberanos esfuerzos para sobreponerme al actor y reconciliarme con el rol interpretado. Siempre termina ganando su interpretación pero este conflicto hace que tenga sus películas al final de la lista de espera.  

A la protagonista y escritora de Come, reza, ama nos separan muchas cosas y por ello me he dejado llevar. Me he deslizado en su piel para ser testigo cómodo de su experiencia. Ya me gustaría a mí ir a buscar respuestas directamente a los lugares donde se supone que hay que buscarlas de primera mano, experiencia sensorial incluida, y dedicarme un año entero a mi persona.

He visto que en algunos sitios este libro lo califican de superficial, de facilón, de típica historia de mujer-de-buena-posición-con-una-visión-ingenua-de-la-vida-y-a-la-que-todo-le-sale-bien- ¡qué-casualidad!
Yo me lo he leído como un relato de reflexiones y vivencias que una persona ha querido expresar desde su propia experiencia y aunque hay cosas que si profundizo no me aportan nada sí hay pequeños detalles que me hacen reflexionar.
Como por ejemplo que procurar tu felicidad hace que dejes de ser un obstáculo para la de los demás. Esta frase me dio que pensar.

También he visto que se ha creado una corriente de seguidor@s (seguidoras, sobre todo) convirtiéndolo en una especie de libro de culto. Tiene su lado asombroso que a partir de la experiencia de una persona otras se animen a crear un punto de partida para ensamblar las piezas de sus vidas y tratar de lograr algo mejor.

No es un manual de yoga, ni un libro de autoayuda, ni una guía de viajes, aunque desde el punto de vista gastronómico Italia ha cambiado a mis ojos. No tiene más pretensiones que contar una etapa en la vida de una persona y yo tampoco le pido más.

Y por último qué mejor cierre que una imagen de la nueva vida de la autora:

Two buttons

15.11.12

Mejor cuanto más lejos

Avispa halcón (N.G.)
Los insectos y yo. Esos seres fascinantes, enigmáticos, tan diversos, tan complejos y tan simples a la vez. 

Sincerémonos. 

Esos seres fascinantes, enigmáticos, tan diversos, tan complejos y tan simples a la vez... Y tan raros, sobre todo tan IMPREVISIBLES, que no sabes si te van a saltar a la cara, volar al pelo, pegarte un bocado, inyectarte alguna sustancia tóxica, producirte urticaria o intentar huir con fatal resultado y acabar otra vez en tu pelo, en tu cara o en cualquier otra parte de tu cuerpo donde lo transportes alegremente ignorante de ello....Uf! Son extraterrestres en miniatura.

Así al aire libre, sin problema. Es decir, con espacio para correr si hace falta. Pero en espacios reducidos somos ligeramente incompatibles. Aunque hay tipos y tipos. 
No es lo mismo una mosca que...una mantis. Recuerdo dos ocasiones en que al abrir la ventana y subir la persiana descubrí a una preciosa mantis enganchada al borde, saludándome con la patita. Fueron dos veces muy seguidas, en dos ventanas distintas pero debió de ser la misma individua que estaba de exploración. No sé que tienen que me disgustan sobremanera a la vez que me atraen, pero no me atraen como para que quiera acercarme a ellas, confianzas las justas. 

No me digáis que no intimida. Aunque también podría
estar practicando algún paso de baile flamenco...
-Foto de blog-

Otro tipo incompatible con mi persona en un espacio pequeño...o grande...son las cucarachas. Con esa manía suya de correr precisamente hacia tus pies en el último momento, tan supervivientes ellas, tal afán reproductor y con tanta variedad de especímenes... Mejor no hablo de un documental que vi hace un par de meses...

Cucas (N.G.)
Una vez se me coló una en una zapatilla. Noté algo con el pie pero no supuse que sería lo que fue después. Como me molestaba metí la mano.....................
.........Y...aunque...son...tremendamente... suaves...ese recuerdo...me pone...la piel...de gallina....

Una razón añadida de que no me gustan los insectos en espacios reducidos, es decir mi casa, es que como convivo con dos gatos curiosones, -además de molones- no puedo usar insecticida así que recurro a Pelotillo que tiene un arte y un salero sin igual en eso de hacer que los insectos desaparezcan sin que ninguno resulte dañado en el proceso, bueno, contando con que las cucas sepan bucear. 

Así que esta mañana, en el metro, esperando pacientemente en el andén, advierto que en el suelo donde van apoyados los rieles se mueve campante una cucaracha rubia. Es insólito que la vea porque la que escribe tiene unas cuantas dioptrías y la cuca está lejos pero supongo que fue una reacción al movimiento. Algo se me removió por dentro a mí también y pensé con alivio que al menos estaba bien lejos y se movía en dirección contraria hacia mi. 

Pero justo después de pensar esto noté un movimiento descendente de algo que caía (después descubriría que era "algo que revoloteaba") a mi lado. Afortunadamente tengo dioptrías pero mantengo la agudeza visual que si no ni me hubiera enterado. 
O quizás fue que estaba predispuesta, el caso es que miré hacia abajo y detrás de mí acababa de aterrizar otra cuca CON ALAS y probaba suerte en el andén. 

No quise averiguar si era la misma que había visto antes o es que se están adueñando de la civilización y empiezan por el metro que como ahí todo puede suceder pasan más desapercibidas.
Despacio me fui moviendo desde mi sitio hasta colocarme en otro más estratégico con respecto a la cucarachización, no sin antes supervisarlo visualmente. 

La verdad es que tuve que contener la risa, seguramente nada que ver comparada con la que les tiene que dar a las cucas y a los insectos en general cuando nos ven huir despavoridos en su presencia. 


29.10.12

Cuando la fe sale a tu encuentro

Quien utilice el transporte público en Madrid habrá notado -imposible evitarlo- que desde hace unas semanas tenemos paros que suelen coincidir viernes y lunes para tremendo regocijo de los usuarios. Pero como los madrileños debemos de tener un tanto por ciento de mártires y también necesidad de desplazarnos seguimos usándolo a pesar de que de repente tengamos que intimar con desconocidos mientras ponemos cara de viaje en ascensor y buscamos inspiración en el techo, escudriñándolo con ahínco.

Esto de las huelgas de transporte público no lo acabo de entender muy bien. Se supone que se perjudica al usuario para que nosotros protestemos y hagamos presión o dejemos de usarlo en esos días pero: 

a. Está más que demostrado que las personas que tenemos que coger el transporte público da igual que sea huelga o no, hay que llegar al lugar de trabajo, citas, etc y sabemos de sobra que no sirve de nada protestar. Y en un vagón abarrotado de gente hay mucha tensión de por sí así que mejor guardar la calma. Se ve que los que hacen los paros no saben lo que es. 
b. Tal y como está montado el sistema de tarifas a todo lo más que podemos llegar es a saltar el torniquete de entrada y eso si no te cascan las rodillas, que no tod@s estamos para esos trotes. Pero digo yo, ¿para qué quiero arriesgarme a hacerme una fractura de menisco si precisamente porque uso el transporte público a diario pago el abono mensual? Que sería de idiotas con los precios que tienen ahora darse el lujo de hacer varios viajes al día con billete sencillo y ahora mismo es un lujo casi con el bono. Es un lujo viajar en transporte público en general.

Sea como fuere los que pierden son l@s viajer@s que pagamos lo mismo por un servicio peor y llegando tarde al trabajo.

El viernes fue un día glorioso. Sabiendo que las horas punta son las que más duelen y que los viernes hay empresas que terminan a las tres el viernes introdujeron una novedad: Poner precisamente los paros media hora antes y hasta dos horas después. 
De ese modo no había escapatoria porque a ver quién es el/la bonito/bonita que sale más de media hora antes de trabajar, tal y como está la cosa, sin tener casi que pedir un día de vacaciones. Sí, que esto de pedir un día es una exageración pero a mí ya me parece saña. Que con que empiecen a las tres ya hacen pupita. Que además están los paros encubiertos los días no oficiales de huelga.

Después de esta reflexión-pataleta que agradezco me hayáis dejado hacer por el bien de mi salud nos metemos en situación. 

Ahí que entro yo al andén y veo que está abarrotado de gente y leo con asombro que los paros se han adelantado como ya he contado. He quedado en el centro y no voy a llegar ni aunque me vuelva plana como un tallarín, que no conseguiré hacerme sitio porque vienen los trenes que no cabe una pelusa.

Así que como últimamente estoy buscando el equilibrio y mantener la paz interior lo dejo estar, si total cualquier viernes siempre hay algo parecido en condiciones normales. 
....Pero qué de mala vibración hay en el andén, que se percibe la negatividad.... Que como yo estoy tan sensitiva últimamente lo noto y todo así que yo sigo con mi plan. Concentración y paciencia, cero agobios, música en los oídos, observo las malas caras. Pasa por mi lado una señora rubia con el ceño fruncido, qué malo es esto para las arrugas. Yo voy bien, aunque pase el primer tren y mire con angustia cómo la gente se mete a presión, pero literal eh, que aquí no exagero. Que siempre pienso cuando lo veo que ojalá no falle nada en el viaje, que nunca pasa nada importante, pero que con tanta gente dentro no se salva ni el cartel de la inspección sanitaria. 
Pasa un segundo tren, en iguales condiciones. Lo dejo marchar. Tan bueno es no perder tu tren como saber cuándo dejarlo pasar. La señora rubia que está más o menos cerca de mí ha decidido esperar también, somos un@s cuant@s esperando y creciendo. La estadística no falla, hay que dejar pasar dos trenes si quieres llegar de una pieza a tu destino. Sigo escuchando música. 

Se aproxima la señora rubia. Supongo equivocadamente que quiere preguntarme algo. Blande un folleto que cuando ya me lo acerca a la cara leo: "Consuelo para el deprimido" mientras me dice: "Para que lo leas en tu tiempo de espera", con una sonrisa que yo siento a medio camino entre el embaucamiento y el autoengaño que ya hay que estar muy convencido de que alguien va a estar deseando leer algo así y más aún en plena huelga de transporte. Yo le dedico una sonrisa producto de mi experiencia (defecto) profesional en atención al público pero que acompaño de un "no, gracias". A mí ya no me convierte ni dios.

Debe de ser que me vio necesitada de iluminación o que me vio hecha polvo porque no se lo ofreció a nadie más y eso me dio que pensar...Pero como estoy simplificando al máximo lo pensé...unos segundos :) y me fui al final del andén que vi que el último vagón del segundo tren aún hubiera admitido dos viajeros más. Y efectivamente a la tercera me subí, apretada como una sardinilla pero con espacio suficiente para que los pulmones hicieran su función.




15.10.12

Alien y yo: esa historia de amor que nunca acaba

Prometheus llegó por fin a la gran pantalla de mi casa, concretamente la del salón, que es la más grande si contamos los ordenadores. A pesar de que no las tenía todas conmigo porque las precuelas (pseudo precuela en este caso) suelen decepcionarme, y pongo de ejemplo Las crónicas de Riddick después de ver Pitch Black, me ha sorprendido gratamente.

imagen de Blog de Cine

Por supuesto allá donde esté Fassbender voy yo a ver lo que haga y digo esto teniendo aún pendientes de ver unas cuantas películas suyas pero ese es el impulso que me provoca. Ha sido un actor que ha despertado mi admiración de forma pausada y creciente y cada vez me gusta más. Me sorprende y me asombra su capacidad camaleónica para lograr hacer un personaje distinto cada vez. Consigue que me los crea todos y que no vea a Fassbender sino al personaje.

Noomi Rapace es otra actriz a la que también tengo en alza en mi ranking particular y un punto clave para seguir impulsándola en la lista ha sido precisamente esta película. 
Debo decir que me echa para atrás su parecido con Berta Collado, quien lamentable e injustificadamente me produce cierto rechazo que yo atribuyo sobre todo a su papel de buenorra-simpática-de-guión de "Sé lo que hicistéis", un programa que era entretenido hasta que se lo fagocitó el ego de Patricia Conde y cuyo contenido empezó a centrarse exclusivamente en su guerra con Telecinco.
Pero a Noomi Rapace le daré muchas oportunidades más porque me transmite plenamente lo que hace y me convence y me cae bien. De Charlize Theron no digo nada porque todo lo hace bien y es siempre muy convincente.

Prometheus explora hacia atrás en la historia de Alien y fantasea nada menos que con el origen de la especie humana. Conecta muy bien con Alien, el octavo pasajero pero tiene su propio hilo y perfectamente podría tener una continuación. De hecho yo necesito que tenga una continuación.

Y claro, es notar el gusanillo de Alien (en sentido figurado afortunadamente) y es como las pipas, ya no puedes parar cuando empiezas así que otra vez me he vuelto a enganchar a sus pelis. Que me veo una y me las tengo que ver todas, incluso la tercera que es la que menos me gusta. Y las he visto montones de veces y me dejan pegada a la pantalla igual que siempre y sigo sufriendo la tensión como el primer día. Es como una relación tortuosa en la que sabes que no hay nada nuevo por descubrir, que ya está todo dicho pero es reencontrarte con el sujeto de deseo y vuelves a caer con todo el equipo, como la primera vez aunque la verdad es que con Alien, no caigo, me tiro en plancha a sus brazos.
Pero no es plan, señores, que luego tengo que decidir si sacrifico mis costumbres televisivas o me troceo Alien en sesiones interruptus y así no se puede, no.

De aquí en adelante voy a tener que pasar de espaldas a la estantería de las pelis más aún cuando parece que sacarán una segunda parte de Prometheus (acabo de descubrirlo mientras escribo esta entrada)...y entonces serán 6 películas las que me tendré que ver casi del tirón...

20.9.12

Armando el puzzle

Desde que he vuelto de vacaciones estoy en período de reflexión y tanta reflexión me ha provocado un estado de abstinencia mental a la hora de plasmar alguna idea aquí. 
Pero no quiero dejar de entrar a escribir, algo que me encanta, (ni de leeros) y más aún después de lo bien que me lo he pasado con el juego del cadáver y de haber conocido más de cerca gente muy creativa y encantadora :)
El caso es que he vuelto de vacaciones (¡qué lejos quedan ya!) con el firme propósito de dar un giro a mi vida, necesito varios en realidad, y solo espero que al final no acabe mareándome. 

Estoy tratando de encontrar la piedra filosofal que me permita mantenerme a mí como persona y mantener vivas las ilusiones que tengo y que en una parte se manifiestan a través de este espacio, mi afición adicción a la fotografía y mi esperanza de crecer tanto en esto como en mi faceta crafter (artesana podríamos decir pero encuentro el término un poco demasiado amplio; de momento no me dedico a hacer galletas aunque no me lo repito mucho que con lo que me gusta probar cosas nuevas seguro que me apunto). Dejo a un lado las ilusiones de la faceta personal que también tengo :)

La cuestión es que parece que me he ido pero no me he ido. Me estoy dando de plazo este año para terminar proyectos que ya he empezado. Estoy apuntada a tres grupos de fotografía, que me encantan, y estoy cocinando a fuego lento otras cosas que tengo en mente, pero para todo necesito tiempo. 
Por otro lado está la faceta bohemia que también necesita de mi creatividad y aunque considero que ideas no me faltan quiero seguir disfrutando con todo y no acabar tirándome de los pelos ni que todo salga adelante pero se acabe quedando cojo de un modo u otro. 

¿Y por qué digo esto? Pues porque tengo poca vida "social" en la red, porque estoy en modo esponja y me dedico a absorber todo lo que pueda, a leer, a reconducir el rumbo, a definir lo que hago y sobre todo lo que quiero hacer y a tratar de dar el salto en algunos aspectos de una vez por todas sin esperar a que se confabulen los astros a mi favor. Y sobre todo porque me pone un poco tristona no darle vidilla a este blog como me gustaría. 

Recuerdo mi última semana de vacaciones de este verano, en la que me he dedicado plenamente a descansar, con total premeditación y alevosía ¡y lo bien que me sentó!. Sé que no  voy a conseguir eso para la vida activa ni de lejos pero tampoco quiero acabar perdiendo las tuercas por querer llegar a todo, pronto y bien. 

Desde que abrí este blog creo que esta es mi entrada más personal de todas pero no la primera en la que os digo:

¡¡Os echo de menos!! ♥...snif


3.8.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} ~ Parte 15


TROZO 18. FINAL. Mariu

Se quedó quieta unos segundos, la luz se apagó, "venga, ¿qué más me puede pasar?",  pensó. 
En medio de la oscuridad observó la navaja. Se había fundido la linterna, ya no sabía qué hacer, estaba exhausta de cansancio, se aferró a la navaja con fuerza, con las dos manos, y se puso a llorar. La iban a coger, sin duda. 

De pronto, justo cuando escuchó que uno de los de la banda de la Triada de Dragón se encontraba a escasos metros de ella, la navaja emitió una luz muy intensa durante unos breves instantes, que lo deslumbró. Inmediatamente después, la navaja tiró de ella y salió volando, literalmente.

Voló y voló en medio de la noche sujeta a la navaja del hijo de su vecino. Incrédula se pellizcó el brazo, pero no despertó, ahí estaba ella, surcando el cielo, en vez de los mares, cual Mary Poppins con su paraguas, pero ella con una navaja. Era cómico todo.

Miraba para abajo, temerosa al inicio y con curiosidad y desconcierto después, estaba muy alto. Pudo ver la Torre Eiffel y la Catedral de Notre Dame. Después cayó en un profundo sueño…

Se despertó completamente desubicada, le dolía muchísimo la cabeza, era de día y notaba luces destellando, aun no había abierto los ojos, no podía, le pesaban mucho. 
Poco a poco fue forzando los párpados para conseguir ver que estaba metida en un estanque de nenúfares con peces naranja nadando alrededor. Entonces se obligó a abrir un poco más los ojos y vio varios grupos de chinos, cada uno con una cámara, haciéndole fotos. En aquel momento se dio cuenta que se encontraba ni más ni menos que en la Alhambra, en Granada.

Comenzó a recordar todo, vio que la navaja brillaba en el fondo del estanque y la sacó. 
Salió del agua y se puso a caminar sin dirección. Se sentó en un banco.

Necesitaba poner en orden las ideas. Recordó cómo su antiguo novio le había propuesto hacer un trabajo para las Triadas Chinas. “Es fácil”, le dijo, “sólo tienes que hacer entrega de un paquete en el cual hay dos diamantes azules”. Como fue ella quien lo dejó con aquello de “te quiero mucho, pero te mereces algo mejor”, pensó que era una forma de arreglar aquello.

Hizo exactamente todo lo que le dijo Javier, que así se llamaba su ex, o profesor Cinnamon, como le llamaban entre sus amigos, porque estaba siempre metido entre tubos de ensayo en un laboratorio. 
Hizo entrega del paquete a una china que estaba allí esperando en el pantalán. La china extendió la mano y en su palma había un sello grabado a fuego y en medio tenía un lunar. Le vino a la cabeza entonces la chica del edificio donde casi la atraparon, esa que tanto se parecía a ella, tenía el mismo sello en la palma y el mismo lugar, sin duda alguna era la misma mujer, pero ahora, físicamente ya no era china sino que era europea y ¡le había robado la identidad!

Y entonces cayó en la cuenta… 
Aquí estaba el quid de la cuestión: Javier no había podido soportar la ruptura. Obsesionado como estaba con ella, había tratado de clonarla, ya le parecía que le había resultado muy fácil dejarlo con él. Ahora quería deshacerse de ella para siempre. Ya tenía lo que quería en la mujer china que él había conseguido copiar, y por supuesto él tenía que ser el jefe de la banda, estaba segura, pero… ¿quién se creería esta historia? ¿Cómo iba a ir ahora a la policía a contarlo? La tomarían por loca y encima la internarían en un centro psiquiátrico. 
Miró la navaja buscando de nuevo solución… ¿no la había encontrado cuando estaba a punto de ser raptada, pues ¿por qué ahora no? Pero no sucedía nada.   

Miró al cielo y cerró los ojos, dejó que el aire que había le acariciara la cara… necesitaba algo de realidad. De repente, alguien le habló, y se sobresalto, era uno de los de seguridad de la Alhambra…

- ¿Está usted bien?- le preguntó

-  Sí, gracias- contestó ella

-   Me tiene usted que acompañar, por favor

-    Claro- respondió sin fuerzas.

Recorrieron parte de la Alhambra. Qué belleza de lugar. Imaginó a las princesas por los palacios y todo el mundo siendo muy feliz. Al final, en la garita de acceso a los Palacios nazaríes estaba el hijo de su vecino esperándola.

-   Hola- dijo él

-   Hola, necesito respuestas – dijo ella, sin dar pie a ninguna formalidad más

-   Lo sé y por eso estoy aquí

Salieron de la Alhambra y montaron en un coche rojo. Él iba sonriente y, a ella eso, le dio confianza. Se metieron en una cafetería y pidieron un café y una tostada que ella engulló antes de hacer nada más. Él la observaba.

-   Gracias– le dijo él – Nos has salvado a todos de caer en manos del temido profesor Cinnamon. No te podía decir nada, pero por eso te entregué mi navaja, para que estuvieras a salvo. Te necesitábamos para mantenerlo controlado. Sé que pensarás que a él le costó que le dejaras y que, por eso, hizo un clon tuyo, pero aunque te duela en el orgullo, no ha sido así (efectivamente esto a ella no le gustó nada). Todo es mucho más complicado. El profesor Cinnamon estaba montando una operación para suplantar la personalidad de mucha gente y tú estabas como prueba. Quería clonar a autoridades a nivel mundial para tomar decisiones e ir, poco a poco dominando todos los países. Tú eras su experimento.

-  ¡Dios mío! Pero… ¿puede ser esto cierto?, ¿quién eres tú? ¿por qué sabes todo esto?

-   Para tu información yo pertenezco a una organización secreta, que nos encargamos de este tipo de trabajos transfronterizos. Disponemos de la mejor tecnología, tecnología que ni siquiera está aun en el mercado, de ahí la navaja.

-   ¿Y ahora qué? ¿qué ha pasado con Javier? ¿qué va a ser de mí ahora?

-    Javier, como tú lo llamas, está ya a buen recaudo, no te preocupes, que nunca más te volverá a molestar. A mí no me volverás a ver, solo vengo para informarte que mi organización me ha encomendado que te traslade, que quiere recompensarte. Te ofrecen una mansión en pleno Caribe, rodeada de palmeras y caipiriñas con vistas al mar, ¿aceptas?

-    ¡¡ Por supuesto!!    

FIN

~  ♦  ~  ♦  ~  ♦  ~  ♦  ~  ♦  ~  ♦  ~  ♦  ~  ♦  ~

Esto ha llegado al final. Espero que l@s que habéis participado lo hayáis disfrutado al escribirlo y os haya gustado el resultado. A mí me ha asombrado la coherencia que tiene (¡dentro de unos límites porque hay que ver qué de giros que ha dado la pobre protagonista!). 

Hablo por los demás "forenses fundadores" y por mi y digo que nos ha encantado la experiencia, que queremos repetir, aunque quizás complicándolo un poco más en la forma...para seguir experimentando y sorprendiéndonos. Que estamos muy agradecidos de la acogida que ha tenido y yo estoy muy contenta de haber leído algunos comentarios diciendo que os gustaría participar en una próxima edición. 

No estoy pudiendo contestar a los comentarios porque tengo bastante trabajo en este momento (justo en agosto, con la pereza que da con estos calores) pero los leo todos y los responderé en cuanto pueda. Y lo mismo para ponerme al día de vuestros blogs, no me da para más. Lo que sí puedo adelantar es que para tod@s l@s participantes habrá una sorpresita para septiembre. 

Aunque seguiré rondando por aquí e intentando subir alguna entrada que otra os deseo feliz verano y muy feliz descanso. A los que quizás estéis en otra época del año, que la disfrutéis a tope hagáis lo que estéis haciendo. 
¡¡Un besote enorme para tod@s!!

2.8.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} ~ Parte 14


TROZO 17. Laura Gutiérrez.

¿Era esa chica que había contactado conmigo porque quería darme una entrevista sobre el estudio que está llevando a cabo el profesor Cinnamon? Hablé un par de veces con ella, ni siquiera me preocupé por saber cómo había dado conmigo y cómo con la cantidad de periodistas especializados en biología o genética que están luchando constantemente por conseguir una mínima información de científicos que realizan tantos y tantos estudios, viniese a mí cuando ni siquiera he terminado la carrera y ni siquiera conocía que se estuviese  desarrollando un proyecto de tal envergadura. 
Insistía en no darme demasiada información pero, ¿por qué demonios me dejaría seducir por un tema así?, ¿quién me mandaría a mí?

 El caso es que traté de buscar información en ese breve período de dos horas que me concedió a modo de favor para saber quién sería ese señor y a qué se dedicaba. Solo recuerdo datos sueltos: tenía orígenes camboyanos… fue la única persona de su familia y de su entorno que se salvó de los crímenes de los Jemeres Rojos… dicen que durante un tiempo trabajó de cerca con Ian Wilmut antes del proceso de clonación de la famosa Oveja Dolly. También leí algo sobre sus diferencias y que por eso quedó fuera de aquel proyecto, a él le IN TE RE SA BAA… 
"¡¡Oh, nooooo, la clonación en humanos!! ¿Tendrá algo que ver el parecido de esa chica conmigo? No puedes ser, yo tengo una familia… dicen que soy clavadita a mi abuela, ¿Trataría ella de contactar conmigo porque era ella? ¿Sería humana? Desde luego se parecía mucho a mi y su voz era de lo más normal. 
Qué dolor de cabeza tengo. Todo me da vueltas, no sé cuánto tiempo más aguantaré aquí. Necesito salir.  Fusión fría… Experimentos con castores… ¿por qué nunca fui una alumna aventajada? A lo mejor así podría entender algo  Y esta camiseta ridícula tan grande que llevo encima con la letra A, me pareció que también aparecían una B y una C cuando la vi sobre la cama, ¿se trataría de una ilusión óptica? ¿Habrá más gente como yo secuestrada aquí? ¿Nos habrán subdividido en 3 grupos distintos…? ¿Qué significado tendrá cada una de las letras? ¿Cómo voy a salir de aquí?

Metiéndose las manos en los bolsillos descubrió la navaja suiza que el hijo de su vecino, según le contó, le cedía durante un tiempo, “porque es mágica y cualquier amigo mío podría encontrarla”. Solo tendría que guardársela un tiempo y siempre habría de llevarla encima porque en cualquier momento podrían coincidir y él podría pedírsela. Vaya historia tan absurda… pero ojalá ese friki que tengo por vecino estuviera aquí, él seguro que tendría alguna idea para escapar de este lugar…

 BBBRRRRROOOOOOOOMMMMWWMWTTTRRRRMWMWMMW  

"No, lo que faltaba, esto está temblando, espero que el edificio aguante o podrá ponerme la huída más complicada, si es que consigo sobrevivir".

 El tabique que daba a la parte de detrás del armario se abrió, estaba todo oscuro y había mucho polvo en el ambiente, parecía un lugar muy espacioso. Según su orientación, la chica y el que parecía el jefe de la banda de los ojos rasgados quedaban a su espalda pero no sabía si podían haberse caído algunas paredes más. Empezó a trastear con la navaja y encontró una linterna que le ofrecía una luz mínima que le bastaba para no tropezar a cada paso, pero no lograba enfocar lo que había más allá.

 ¿Por qué la buscaban a ella? ¿Por qué esa chica era físicamente tan similar, quiénes eran esos chinos y detrás de quién estaban? ¿Sería todo obra del profesor Cinnamon? Me duele todo el cuerpo, con esta luz jamás encontraré la salida, necesito escapar.

{Continuará...}

1.8.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} ~ Parte 13


TROZO 16. Speedygirl.

Se recostó en la cama, mientras pensaba en la última catarata de acontecimientos: persecuciones, secuestros, peleas, delitos... ¿Cómo se había metido en todo aquello? Mientras hacía el enésimo esfuerzo por comprender, cerró los ojos un segundo y debió de quedarse dormida, porque lo siguiente que oyó fueron golpes y gritos. Unas voces sospechosamente conocidas con ese acento asiático que tanto había oído últimamente, (por desgracia) se acercaban cada vez más, dando portazos en las habitaciones contiguas. ¡Los tipos de negro! ¿Otra vez? ¿No había manera de despistarles? 
Salió por la ventana en dirección contraria a las voces y cruzó varios pasillos hasta que encontró una escalerilla que parecía conducir a la superficie. Abrió lo que parecía la tapa de una alcantarilla y se encontró en medio de un enooooooooooorme y lujoso jardín, con una piscina en el centro. En medio de ella flotaba una amplia colchoneta sobre la que tomaba el sol una impresionante joven. Se subió las gafas de sol para mirarla un momento, le dio un corto sorbo a su mojito y le preguntó lánguidamente:

-¿Ya está?

Marta no sabía qué contestar. No sabía dónde estaba, ni quién era su interlocutora, ni qué quería saber. Lo único seguro es que la confundía con otra persona y que esa confusión podría ser su salvoconducto para salir de aquel lío. En ese momento, desde luego, era su única oportunidad. Volver a los túneles ya no era una opción.

-Todavía no, pero estamos cerca.
-¿Pero qué diablos estáis haciendo? ¡Sólo es una chica! ¡Físicamente idéntica a tí, además! Es joven, está sola y no sabe nada del negocio, ¿dónde está el problema?
-Está teniendo suerte
-O vuestra inutilidad crece a cada segundo que pasa, más bien. Yo no voy a dar más la cara por tí, tendrás que explicárselo tú. Viene en media hora. Sube y cámbiate, ya. Sabes que él no soporta verte con esas pintas.
Marta tuvo la tentación de salir por la puerta de la calle y alejarse lo más rápidamente posible de aquel lugar. Pero desde que comenzó ese lío no había hecho otra cosa que huir. Y siempre la encontraban. Había llegado el momento de saber de qué demonios iba todo aquel jaleo.
Subió a la alcoba que le habían asignado en aquella inmensa mansión, se puso uno de los cientos de elegantísimos vestidos que había en el vestidor y bajó a la sala de estar. Él ya estaba allí. 
Iba de negro y tenía rasgos asiáticos, como los tipos que la llevaban persiguiendo todo ese tiempo. En cuanto oyó su voz, sus sospechas se confirmaron: era el jefe de los ojos rasgados. Y no parecía precisamente contento. 
-El plan está a punto de irse al garete por vuestra inutilidad. Si no cogéis a la chica, no servirá de nada que tú la suplantes y te reúnas con el científico al que debes robarle la fórmula de la fusión fría, porque ella lo destapará todo. ¿Dónde la habéis perdido esta vez?
¡Por fin entendía algo! Ahora el problema era salir de allí sin que descubrieran su identidad verdadera. Al meter la mano en el bolsillo tocó la navaja suiza mágica, la que le habían asegurado que tenía superpoderes. Quizá con ella tuviera alguna oportunidad de escapar sana y salva y deshacer ese embrollo.

{Continuará...}

31.7.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} ~ Parte 12


TROZO 15. Bielmum.

El mazazo que consiguió sacarme de allí no fue más que agua fría. Pero fría de verdad. Al volver a abrir los ojos, me encontré en una habitación blanca, brillante y bañada en tonos rosa que giraban y cambiaban como si de un caleidoscopio se tratase.

Me asusté, ¿qué estaba pasando? Estaba en un túnel, atada, había un tren y de repente todo era rosa, un sitio cálido, acogedor... Mi mente no paraba de repetirse: "Tengo que descubrir que está pasando aquí, y pararlo cuanto antes mejor".

En la habitación empezó a sonar una música. Y la bailarina de una caja de música, con sus brazos por encima de la cabeza y sus pies y piernas en posición plié, empezó a dar vueltas y más vueltas. La música empezó a dolerme en las orejas. Parecía que mi cabeza iba a estallar. ¿Qué estaba pasando? Todo, todo era terrorífico, la oscuridad y el tren, y aquella extraña habitación rosa... empezó a tambalearse, la muñeca no dejaba de rodar, pero yo daba tumbos, al igual que todos aquellos hula hops de oro, que por allí había. 
Ahora veía la muñeca desde su cabeza, y sus pies estaban enganchados al techo de la habitación. 
Intenté escapar de aquella música ensordecedora, y por instinto cerré mis ojos y tapé mis oídos. Empecé a notar frío de nuevo, oscuridad, a oler polvo. Abrí los ojos y estaba de nuevo en el túnel pero ya no estaba atada.

Forcé mi vista a acomodarse a la oscuridad y busqué la salida a mi alrededor. Había un par de puertas pequeñas pero preferí no abrirlas, seguro que si me estaban buscando pasarían por el interior y no por las suicidas vías del tren.

Caminé durante varios minutos, empezó a subir la temperatura y se agradecía; intuía voces y ruidos de gente pero nada de luz. Anduve, anduve, ¡y qué camino más largo! Me puse a tararear una canción de cuna. ¿¡Yo!? ¿Una canción de cuna? La música me hizo el camino más ameno. Mi nariz no sólo detectaba polvo, ahora se estaba empapando de un rico olor. ¡Barbacoa! Alguien estaba haciendo barbacoa. Estaba hambrienta, sedienta y con necesidad de ver a alguien más. Llegué a la barbacoa. Aquello parecía el paraíso de los túneles: gente, luz, agua, cerveza fresca, ropa... era un submundo en el túnel. 
Una chica con cara de muñeca se acercó ofreciéndome un gran vaso de agua y unas salchichas con pan y tomate, y me preguntó si necesitaba algo más.

    -Si, necesitaría una camiseta nueva, y otros zapatos un poco más cómodos, tengo mucho que caminar.

    - Eso está hecho, y no te preocupes, ya no queda tanto. Y antes vas a poder descansar, tu cara da claras señales de que tu cuerpo necesita una camita y seguro que una ducha no te vendrá mal.

Qué suerte la mía, había topado con un ángel en el infernal túnel convertido en paraíso. Me inspiraba confianza, y no quise dudar. Necesitaba un poco de sosiego en esta extraña aventura por la que estaba atravesando.  

Me bebí el vaso de agua, me comí el pan, las salchichas y me preguntó si quería irme ya, y le dije que como quisiera. Nos fuimos alejando de esa barbacoa y ella se despedía de todas las personas que nos encontrábamos. Fuimos por otros túneles, más estrechos, como pasillos, e íbamos pasando puertas y felpudos muy coloridos. Lo encontré muy curioso, parecía como las viejas y estrechas callejuelas de algún pueblecito de la costa del sur. 

Sin ella preguntarme, me apeteció explicarle lo ocurrido. Había estado en una habitación rosa por unos segundos, con una bailarina y una música ensordecedora, para volver otra vez a la vía, al túnel, a la oscuridad...

- Lo sé, lo sé, has corrido mucho, sufrido, y ahora te toca descansar un poquito. 

La chica abrió una puerta blanca y nos limpiamos los pies en un felpudo blanco con un trival rosa. Me dio unas toallas, y me enseñó la ducha, mientras me preparaba ropa me explicó que debía disfrutar de la ducha, de la cama, y coger la ropa que necesitase. Me dijo que me quedaban muchos pasillos, muchos túneles, muchos cambios de lugar y sobretodo que debía vigilar muy bien en quien confiaba. Los que me habían atado a la vía, querían acabar conmigo y no les importaba cómo hacerlo. Y yo ya sabría en quien tenía que confiar. Lo intuiría, algo en mi interior me diría quienes son los buenos, pero nada me enseñaría quiénes eran los malos. Debía escuchar todas las señales. Debía estar alerta. 
Me dió una pequeña navaja suiza de color rosa y la puse en mi bolsillo derecho. 
Me dijo: "Tiene poderes, con ella podrás hacer todo lo que necesites. Utilízala con sabiduría". 

{Continuará...}

30.7.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} ~ Parte 11

TROZO 14. XEIA2410.

Se atisbaba claridad en el fondo del pasillo angosto al cual habíamos accedido, que incrementaba a medida que aumentaba el volumen de la música. Hasta que la vi.  
Entramos en una habitación poco iluminada donde se oía como un hilo musical.  Parecía que estuviera en unos grandes almacenes, salvo por….bueno, por casi todo. Sólo si cerraba los ojos. Pero NO podía permitirme eso pues, ante mí, repartida en un montón de estanterías mecalux, cutres y oxidadas, estaba…¡¡¡mi fabulosa colección de muñecas!!!! 
Sabido era que, junto a la lectura, eran mi pasión.  Las coleccionaba desde ni recuerdo cuándo. Desde niña. Nunca regalé o tiré una muñeca. Me las quedaba, incluso las más usadas y ajadas. Las mías y las de mis amigas. Con los años, recopilé, restauré y empecé a comprar piezas realmente sublimes y, desde hacía poco más o menos un año, podía jactarme de tener una de las mejores colecciones a nivel mundial.  

Hacía unos meses, había prestado como la mitad a una exposición itinerante, que visitaría diversos países. Pero, ¿qué hacían allí?? ¡¡¡¡¡Eran las prestadas!!!!! Y…¡¡¡llenas de polvo!!! ¿¿¿No deberían estar en Roma???
Sin preocuparme momentáneamente del tipo, que había desaparecido de mi campo de visión, cogí una de mis preferidas. Empecé a apartarle el polvo con las manos, le empecé a planchar el pelo, pero ¡¡se desintegraba!! ¿¿Qué estaba pasando?? ¡¡¡Era mi peor pesadilla!!! (bueno, junto a soñar que se te mueven y caen los dientes, claro, ¡¡pero peor incluso!!)  


El fulano reapareció con un móvil en la mano. Me entró la risa floja…¿¿pero ahí había cobertura??? No se tomó bien la burla. Me arrancó de un golpe seco la muñeca de la mano y la estrelló estrepitosamente contra la pared opuesta a las estanterías. Se desintegró en un polvo blanco.

-¿¿Ves lo que vale tu bien más preciado??-  chilló - ¡¡¡Nada!!!, ¡¡¡tan sólo es un montón de polvo!!!

Del bolsillo trasero de su pantalón, sacó unas esposas y me ató a la estantería.

-Voy a buscar cobertura, ¡aquí te quedas con tus tesoros!

Retrocedió por el pasillo y oí cómo, de un portazo, cerraba la puerta metálica.  
Como me había atado a una estantería alta, no podía sentarme para aguardar… para esperar lo que fuera. Por ello cogí una, al azar, de las que me quedaban más cercanas.  
Ésta era de vinilo, no de porcelana como la anterior, y con peluca de mohair. Con la mano, desplacé la brutal capa de polvo de su cabecita despegando, sin querer, la peluca.  Al intentar volverla a su posición, me falló la mano atada y se me cayó. De la cabeza salió un polvo blanco que quedó esparcido por el suelo. El hilo musical de fondo empezó a quedar amortiguado por un ruido atronador. ¡¡Un tren!! ¡¡Un tren pasando a toda velocidad por el túnel!! 
Sentía que mi cabeza iba a estallar de un momento a otro, como estalló la primera muñeca. Sólo tenía ganas de morir, de despertar de la pesadilla, de acabar con todo aquel sufrimiento…….pero un mazazo me sacó de aquel trance.  El tipo..., el tren..., yo atada …¡¡¡¡¡¡DIOS!!!!!!

{Continuará...}

28.7.12

Devorador@s de historias: Insomnia

El anuncio del verano es sinónimo para mí de lecturas truculentas.
No sé si se debe a mi despiste habitual desde el cambio de hora en el que, guiándome por la luz cual bichillo natural, siempre me parece más pronto de lo que es; a la alteración de los ritmos alimenticios que me hacen desear vivir de líquidos y crudos o a que mi actividad mental está en estado de reposo y disipación y necesito emociones fuertes que la sacudan.

Podría darme por probar a hacer parapente, volar en globo, hacer rafting, decirle a unas cuantas personas lo que tengo en mente o despedirme del trabajo para dedicarme a escribir pero la condición principal es que las emociones sean fuertes y no den muchos problemas (aunque ciertas cosas sospecho que a la larga podrían funcionar...)

Así que me sumerjo en lecturas inquietantes, sobrenaturales, escabrosas, infárticas, policíacas y si mereciera la pena incluso románticas, de cualquier género, con tal de conseguir ese asombro interno, esa semi-angustia y curiosidad morbosa por saber qué pasará después con es@s protagonist@s a los que he acogido con cariño en un lugar de mi mente. Claro está desde la comodidad que da estar apalancada en un sillón como testigo mudo de acontecimientos de ficción y con un riesgo más bajo que el de romperse una uña cambiando de canal.

Este año la temporada ha empezado con Stephen King. Insomnia.
Espero haber empezado de menos a más porque la verdad es que como vehículo provocador de emociones fuertes puede servir, pero no de alta intensidad ni de forma continua. Yo lo consideraría una de las obras menores de King en cuanto a lectura de verano. Ambientada en Derry, un viudo de avanzada edad empieza a padecer insomnio a raíz de la muerte de su esposa y comienza a ser testigo de sucesos extraños protagonizados por sus vecinos.

Es un libro donde se puede ver el gran bagaje literario del autor ya que no solo utiliza referencias figuradas de otras historias si no que las menciona. Aunque peca de un ritmo en ocasiones lento que a veces hace pensar que este genial escritor cobre sus obras al peso.

Tiene momentos de gran tensión y de gran dramatismo. Yo no le negaría en absoluto lo acertado del tono de la historia, acorde con la edad y situación del protagonista. Es una obra de ficción que sin embargo nos acerca a grandes mitos de la humanidad y plantea importantes conflictos morales, que resuelve en parte apelando a la generosidad de los seres humanos.

Una lectura interesante para empezar a "sufrir" con gusto con un libro en las manos. 



{Nota: La publicación habitual de la sección Devorador@s de historias es los jueves pero para evitar robarle el protagonismo que se merece al Cadáver Exquisito, se publica temporalmente en fin de semana ;)}

27.7.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} ~ Parte 10


TROZO 13. Montse.

El vagón no iba demasiado lleno y noté que casi todos los viajeros que lo ocupaban me miraban con curiosidad. Sin duda notaban mi desconcierto y el lamentable aspecto que debía de tener, con la blusa ya sucia y el sudor que perlaba mi frente y mi cuello, así que traté de disimular todo lo que pude e intenté tranquilizarme un poco, si eso era posible, no sin antes agudizar mi sentido de la percepción, algo que hasta hacía poco creía que era inexistente en mí, y asegurarme que ninguna de aquellas personas pudieran ser sospechosas.

¡Estaba desquiciada! Había llevado un ritmo trepidante y mi corazón palpitaba a toda prisa. Intenté poner algo de orden en mi cabeza, pero la rabia y la angustia no me dejaban pensar con claridad y por mucho empeño que pusiera en ello no lograba entender lo sucedido, ni sabía quiénes eran mis perseguidores, ni lo que perseguían, ni nada de nada.
Al llegar a la siguiente estación, y para mi sorpresa, una más entre todas las que llevaba acumuladas, entró en el vagón el joven que me había sonreído y que se disponía a llegar hasta mí avanzando decididamente. Me levanté de un salto, con la esperanza de alcanzar la otra puerta de salida, pero no llegué a tiempo, se cerraron las puertas y el tren volvió a emprender la marcha.

Lo cierto es que el hombre no parecía representar una amenaza, más bien al contrario, y cuando me di la vuelta, lo encontré frente a mí. Me abrió los brazos y yo, asustada como una niña, me abalancé sobre él y empecé a llorar, sintiendo un gran alivio.
Permanecí entre sus brazos hasta la siguiente parada y seguí asida a él cuando, sin mediar palabra, se abrió la puerta y salimos del tren. 
Una vez nos quedamos solos en el andén y el tren desapareció, el joven miró a su alrededor, imagino que para asegurarse de no ver a nadie. Entonces me agarró por los hombros y me obligó a bajar hasta el foso de los raíles, diciendo sólo ¡salta! y luego a caminar por el túnel.


Me empujaba para que fuera más aprisa, siempre tras de mí y sin hablar, y el túnel cada vez se hacía más oscuro a medida que avanzábamos. Sacó una linterna y con ella iluminó el recorrido ante mis pies. Intenté decir algo, pero él me hizo callar gruñendo un “chisss” y otro empujón, mientras las lágrimas volvían a rodar por mis mejillas.
Al llegar a una curva, se detuvo, y mientras con una mano me tenía cogida por la nuca, con la otra abrió una pequeña puerta metálica y me hizo entrar. Entonces me pareció escuchar una música a lo lejos y le pregunté "¿a dónde me llevas?" "¡Ahora no!", fue su respuesta y me pareció lo más tranquilizador que había escuchado en mucho tiempo.

{Continuará...}

26.7.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} ~ Parte 9


TROZO 12. Ángeles.

Intrigada, lo saqué y vi un mensaje, escrito con una letra muy elegante, que decía:

“Bella durmiente: aunque espero convertirme en tu príncipe azul, quiero que cuando te dé el primer beso estés despierta y consciente. Te dejo dormir y espero encontrarte mañana, a la misma hora, en la puerta dorada de La Pagoda. 
Dulces sueños.”

Qué bochorno. Eso es un corte, y no el que le dieron a María Antonieta. 
Pero, en fin, si concertaba otra cita, e incluso consideraba la posibilidad de besarme, sería porque no me había encontrado demasiado ridícula, allí, durmiendo como una marmota. 
Y estaba claro que era un romántico: en solo tres líneas hablaba de la Bella Durmiente, del príncipe azul, del primer beso y además había elegido como nuevo lugar de encuentro, no un prosaico Starbucks, sino un enclave tan poético como La Pagoda, ese viejo cine abandonado, en una callecita olvidada y escondido entre las plantas que han ido creciendo sin obstáculo hasta ocultar casi por completo el edificio. 
Por supuesto, me encontraría allí al día siguiente. Tenía mucho interés en conocerlo, pero además era fundamental limpiar mi imagen, darle otra visión de mi persona. 

Ya estaba anocheciendo y hacía frío, así que decidí coger el metro para volver a casa. 
Mientras esperaba en el andén, vino a mi mente una imagen muy clara y desconcertante: la de unos tipos desconocidos, trajeados, de rasgos asiáticos, que me asaltaban, me secuestraban y me golpeaban. Supuse que eran imágenes de un sueño, pero más bien me parecían un recuerdo, por lo vívidas y detalladas.


Entonces, en el andén opuesto, al otro lado de las vías, me pareció reconocer a unas personas. Sí, aquellos hombres vestidos de negro, que caminaban a lo largo del andén como quien busca o espera, me resultaban familiares. Llevaban gafas de sol -algo absurdo en un andén del metro-, pero tuve la certeza de que detrás de esos cristales negros había ojos orientales. 
En ese momento me vieron ellos a mí e hicieron gestos que me parecieron de sorpresa y fastidio a la vez. Sin duda, habían cometido un error de lo más tonto. 

Rogué para que llegara ya mi tren, antes de que los elegantes cruzaran las vías, porque estaba claro que eso era lo que iban a hacer.
En efecto, los hombres saltaron a las vías, con la clara intención de subir al mismo tren que yo, que, providencialmente, llegó en ese momento. Recorrió una distancia considerable antes de detenerse por completo, con lo cual los hombres no pudieron pasar por delante para subir a mi andén. 
Por fin se abrieron las puertas y pude entrar. Al instante el vehículo reanudó su marcha y yo me sentí a salvo, al menos de momento.

Los hombres se quedaron en las vías, enfadados unos con otros mientras me veían marchar. Yo, en el último instante antes de entrar en el túnel, miré hacia el andén que acababa de abandonar y entonces vi a otro hombre que a su vez me miraba a mí. Este no llevaba gafas ni traje negro ni era oriental. Era un joven de aspecto pacífico que me sonreía y levantaba el pulgar en señal de triunfo.

{Continuará...}

25.7.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} - Parte 8


TROZO 11. Tomás.

No sabría decir cuánto tiempo llevaba repasando los nombres de aquel listín, cuando las letras comenzaron a agrandarse y danzar ante mis ojos. Una blanca nebulosa se empeñó en  cubrirlo todo, al tiempo que una voz muy lejana parecía estar llamando a alguien. Percibí entonces cómo me inundaba un sopor tan denso que no pude evitar el dejarme arrastrar por él. 

- Señorita… Señorita…  – oía dentro de mi cabeza -  ¿Se encuentra bien? – El sonido de esa voz era cada vez más cercano y perceptible.

Una leve sacudida en mi cuerpo me hizo abrir los ojos para descubrir al camarero que me había atendido, observándome con cara preocupada. Mi libro de Stefan Zweig volvía a estar allí, ante mis ojos, así como el café que había pedido hacía… ¿cuánto tiempo? Me pareció  que había transcurrido una eternidad desde que fui al cuarto de baño y descubrí…


- Perdone que la moleste,  pero al ver que daba una cabezada me supo mal decirle nada, pensé que necesitaba descansar un poco. Pero es que finalmente se durmió tan profundamente, y… verá, es que ya vamos a cerrar y…
De repente, recordé.
- ¿Vino alguien a buscarme? Yo… esperaba a alguien.

El camarero se encogió de hombros sin saber responderme. 
Me levanté apresurada mirando en torno de aquel pequeño Starbucks, ya vacío y, todavía confusa,recogí mi libro mientras pensaba que no había sido buena idea tomar  tranquilizantes. Aquella cita me había puesto demasiado nerviosa. Tantos meses esperando a conocer por fin al hombre que me quitaba el sueño para caer dormida antes de… ¿llegaría a verme? Avergonzada, pedí la cuenta.

- No se preocupe, está invitada.

A punto de salir por la puerta vi que entre las hojas de mi libro sobresalía una hoja de papel verde que yo no había puesto allí.

{Continuará...}
[Nota: Nuestra forense, Ana, nos ha enviado una foto para su relato. Aunque su trozo, el cuarto, ya fue publicado la he incluido igualmente. Es un autorretrato, así que os recomiendo que le echéis un vistazo aunque ya os hayáis leído su parte.]

24.7.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} - Parte 7


TROZO 10. Emilie.

Puse encima de la mesa el resto de los papeles que tenía, busqué y rebusqué por todos mis bolsillos, mi cabeza no paraba de hacerse preguntas, una detrás de otra, sin parar, no entiendo por qué no hay forma de parar esta extraña sensación, esa adrenalina que hace que sientas que observas el mundo mientras el resto pasa a tu alrededor inconsciente de quién eres y de los secretos que quieres descubrir. 
Alcé la cabeza un par de veces mirando al vacío, hacia el fondo del local, sin poner atención a los rostros de las personas que estaban allí conmigo, sentía que nada podía sacarme de esta historia, tenía que seguir montando las piezas de este puzzle imposible, así que seguía y seguía intentando encontrar la relación entre un nombre ¿y un apellido tal vez? Un nombre, un círculo azul... seguía intentando descubrir qué debía hacer con él, hasta que el grito fuerte de un niño al caerse de la silla y los de su madre al ver la escena, me hicieron volver a la realidad. Seguía allí en el mismo bar sin saber aún hacia dónde dar mis siguientes pasos.
Fue entonces cuando me di cuenta de que el café con leche que me había pedido se había helado completamente, ni siquiera me acordaba de él, y mi estomago comenzó a hablarme y quejarse por haberle olvidado. Necesitaba comer algo para seguir con mi aventura. 
Llamé a la camarera que con su particular concepto del tiempo, se acercó cuando termino de hablar con su compañera sobre la cena que había preparado a unos amigos la noche anterior. Yo comenzaba a ponerme nerviosa, queria otro café, comer y seguir el ritmo, así que la llamé de nuevo. 
Se acercó haciéndome notar su desagrado, y sin darle tiempo ni de que se acercara casi a la mesa y me preguntara, la ataqué con mi demanda: 
- Un café largo bien cargado y una tostada con mantequilla y mermelada.
Me hizo un gesto afirmando que habia entendido lo que le habia pedido y se acercó un poco más para retirar el vaso de mi café olvidado. Al ver la mesa toda desordenada me preguntó si estaba preparando un examen entre tantas horas, notas, bolis... y al ver el nombre de Segis Volpe sonrió preguntando si era algun pintor renacentista que tenia que estudiar sus cuadros. 
Sus palabras sonaron en mi cabeza que de nuevo tomó aceleracion y le pregunté si tenían un listin telefónico en el bar. Sus risas me hicieron pensar en nombres de calles, de personajes famosos, escritores, pintores, cientificos... ¿Podría encontrar alguna relación entre todos esos nombres y mi personaje anónimo y mis números? 
Su risa ironica se paró en seco al oir mis palabras, y me respondió con una frase directa: “Voy a mirar”, por lo que entendi que volvería en unos minutos; no sabía si con o sin el listín, pero sí sentí que volvería.
Y lo hizo, cargada con 3 cuadernos grandes, dos listines y un gran callejero, pues ya con una voz más dulce confesó que no sabía el por qué no habían tirado los viejos, pero los había traido porque una nunca sabe lo que puede llegar a encontrar entre los libros, me dijo, como si minutos antes hubiese estado dentro de la biblioteca e hubiese vivido conmigo todos los detalles de la historia. 
Comencé abriendo uno de los dos listines, el más viejo. Comencé por la ultima pagina en busca de algun pariente de Volpe, tal vez podria encontrar algún número al que poder llamar y poder preguntar sobre esta persona desconocida.

{Continuará...}

23.7.12

El Cuarto de Baño {La Publicación} - Parte 6


TROZO 9. Gamar.


Dentro del sobre se encontraban varios papeles sueltos y una nota.

"No puedo ser muy explícito. Es muy importante mantener una discreción total sobre el asunto, pero no tengo dudas que serás capaz de ir encontrando los pasos a seguir. En cada papel encontrarás un dato y lo necesario para hallar el siguiente. Como habrás notado, los datos sueltos que contiene cada papel, no aportan nada y por lo tanto son seguros, pero deberás destruir esta nota después de leerla, memorizar lo que dice el primer papel y hacer lo mismo."

Me quedé inmóvil sobre la cama. No tenía ninguna reacción que concordara con lo que sentía. No era miedo, pero la intranquilidad me mantenía paralizada.
Por un lado, que confiara en mí para algo que parecía tan importante me enorgullecía y por otro, una preocupación profunda por enfrentarme a una situación que nunca había vivido me mantenía incrédula.

Dejé todo sobre la cama, mientras caminaba en círculos y rompía la nota en trozos cada vez más pequeños hasta que ya no pude romperlos más. Me deshice de todo en el baño, tomé una botella de buen whisky que estaba en el mini bar, me serví una buena medida y mientras miraba la fantástica vista a través del enorme ventanal, sonó el teléfono.
Me transmitieron un mensaje y cortaron.
Sólo dijeron "Juncal 506".
Estaba en una suite de un hotel que jamás hubiese podido pagar, en una ciudad totalmente desconocida, con un juego de papeles con datos inconexos sobre la cama y lo que parecía una dirección. Sólo eso y sin saber qué hacer.
Terminé de un sorbo mi trago, coloqué todos los papeles en el bolsillo trasero del pantalón que descansaba sobre una silla y me tiré en la cama.

Debo haberme dormido al mismo instante de apoyar la cabeza en la almohada, porque no recuerdo siquiera haberme acomodado. El cansancio del viaje se encargó de todo. Desperté con rayo de luz en los ojos, un reflejo del primer sol de la mañana entrando por el ventanal y reflejándose en el vaso de whisky que estaba sobre la mesa.
Permanecí unos minutos mirando el techo, repitiendo en mi mente el mensaje de la noche anterior. "Juncal 506, Juncal 506..."

Me levanté, pasé por el baño, me vestí y salí de la habitación. Parecía programada para hacer algo, aunque no tenía ni la menor idea de qué era. Salí del ascensor, me dirigí a la consejería y le pedí a la hermosa encargada que me pidiera un taxi.
-Señora, usted tiene un chofer esperándola en la recepción.
-Ah, perfecto, no me habían avisado -dije sin poder ocultar mi sorpresa-
-Déjeme que se lo presente.

Me llevó hasta él y sin perder tiempo nos dirigimos al auto que nos esperaba en el estacionamiento.
-Usted dirá señora dónde vamos- dijo mirándome por el espejo.
-Juncal 506.
-Ya mismo.

El trayecto fue muy breve, casi no tuve tiempo de preocuparme por lo que haría cuando el auto me dejara frente a esa dirección.
Antes de llegar tomé los papeles y leí el que tenía el número 1 en su esquina superior izquierda. Decía “TB 17202” y debajo “P138”. Rompí el papel como me habían indicado y al bajar del auto, dejé los restos en el cesto de basura de la entrada del edificio de esa dirección. 
Era una enorme biblioteca.
Al entrar me sentí en otro mundo. La modernidad del exterior contrastaba con la barroca decoración interior y la mujer que estaba detrás del mostrador encajaba con ese estilo recargado.
-Buenos días, señora. Dígame en qué la puedo ayudar -dijo la mujer mientras yo no podía dejar de mirar su extraño peinado.
En realidad no sabía cómo me podía ayudar, pero sin duda los números representaban algo.
-Necesito saber si estos números le dicen algo- y escribí sobre una libreta “TB 17202”
-Por supuesto, se lo muestro.
Y mientras me hacía señas para que la siguiera, tomé la hoja donde escribí y la arranqué.
Caminamos hasta una de las estanterías más alejadas, se agachó y sacó un libro chico, pero con muchas hojas.
-Éste es.
-Muchas gracias- le dije, tomé el libro y me senté en una antigua mesa de madera.

El primer papel, además del TB 17202 decía P138, lo cual sin dudas indicaba una página.
Al abrir en la página 138 apareció un papel, pegado con una cinta.
Tomé el papel y pude ver que tenía un nombre, pero rápidamente lo puse en mi bolsillo, llevé el libro al mostrador y salí del edificio.
En la puerta seguía esperándome el auto, pero decidí cruzar hasta un bar para desayunar algo.
Una vez sentada y después de hacer mi pedido, saqué el papel.
Decía “Sergis Volpe. Papel con círculo azul.”
La misión estaba tomando color. Sin dudas esa persona era el objetivo y el papel con el círculo azul me diría qué hacer con él.
Me incliné para sacar los papeles del bolsillo de mi pantalón y me quedé con el que tenía un círculo azul en su esquina superior izquierda.

{Continuará...}