19.5.11

Devorador@s de historias: Aurora boreal y Sangre derramada

Después del drama vivido al saber que Stieg Larsson no iba a escribir más sobre Millennium pensé que podría seguir profundizando en la literatura sueca actual a modo de vano consuelo.
Dispuesta a no perder el hilo decidí continuar con el género de novela negra y tomé la primera que encontré disponible. Casualidad o sugestión, su autora se apellida igual que el escritor que espero que en un futuro muy muy lejano me haga de Virgilio en el otro mundo: Asa Larsson.

El primero de los dos es Aurora Boreal. En ella se cuenta la trama que ha llevado a que el predicador más famoso de Suecia haya aparecido mutilado en una iglesia perdida de una población sueca cerca del Círculo Polar Ártico, tan al norte de la Tierra que ni el sol puede esconderse totalmente durante unos cuantos días al año.

La idea es buena, el ambiente promete, especialmente para lectores y lectoras españoles más bien acostumbrados a una previsible rutina solar y nocturna y a unas buenas dosis de rayos de sol casi a diario. Los personajes parecen interesantes y algunos lo son y la trama está jugando al gato y al ratón a medida que avanzas en las páginas...pero algo falla para mi gusto.

Quizás lo dé el caracter sueco, tanto frío o tanto ritmo circadiano a merced de los astros pero ha resultado una lectura pesada.

Yo lo achaco en parte a mi ("el burro delante para que no se espante"). Reconozco que cuando una lectura no me mantiene interesada o al menos no me plantea alguna incógnita por resolver, sea del tipo que sea, enseguida me distraigo. 
Tengo esa capacidad dentro y fuera de los libros. En cuanto mi cerebro percibe que la información que me llega es accesoria y extensa y que lo fundamental ya se ha dicho algo hace "clic" y paso a otra cosa. 
No es que sea muy agradable porque en algunas circunstancias tengo que estar obligándome a volver a la Tierra...y al momento he vuelto a volar. En más de una ocasión me he encontrado pensando "¿qué me ha dicho?", si me encuentro en una conversación-monólogo del interlocutor, o releyendo varias veces el párrafo anterior para no seguir perdida, si se trata de leer.

La otra parte corresponde a la forma de escribir de la autora. Sí, ya sé que Aurora Boreal ha sido un éxito de ventas pero no entiendo que la novela negra tenga que ser opaca. A mi forma de ver, saltar de una escena a otra con personajes distintos, con tiempos distintos y con narradores distintos si no hay nada que te dé una pista de que existe ese cambio es visualmente contundente pero para una película no para un libro.

La lectura es un proceso lineal, no simultáneo como en el cine, y es necesario ir armando el puzzle en la cabeza para que lo lees tenga sentido. Tampoco es cuestión de que haya acotaciones como en el teatro pero un término medio ayudaría. En las historias sobre las que hablo hoy a veces una situación aparece después de otra sin especificar que ya está hablando de otros personajes y de otra escena y el resultado es que un poco después descubres que algo no te encaja y para entonces ya te has desorientado.

También entiendo que no es necesario contar todo de los personajes pero a veces, a pesar de utilizar un narrador omnisciente, el hermetismo de algunos caracteres es tal que incluso te preguntas sí ellos mismos se conocen. Esto me sucede sobre todo con la protagonista en el segundo libro, Sangre derramada, que por cierto es la misma que en Aurora boreal.

Por último algunas reflexiones quedan en suspenso. Hay pensamientos que los personajes parece que quieren transmitir pero es como si quedaran inacabados. Teniendo en cuenta que una reflexión implica un conclusión, con la que puedes coincidir o no, el resultado es desconcertante.

Leyendo Sangre derramada he tenido que hacer un esfuerzo para superar la primera parte. Se ha ido poniendo interesante superado el escollo del principio y es que me parecía que la presentación del nuevo caso de Rebecka Martinsson es un calco del primero planteado en Aurora.... Da la sensación de que "fórmula que funciona, fórmula que repito". Desde luego no defraudará a aquellos que esperen encontrar más de lo mismo. Además el ritmo es lento y esto puede convenir para reforzar sensaciones que la autora quiere transmitir pero creo que también afecta a la agilidad de la lectura.

En lo positivo, las narraciones de Patas doradas, algunas imágenes concretas y que en ambos libros los habitantes como grupo constituyen un personaje más, lo que a veces me recuerda a esa especie de conciencia colectiva que utiliza Stephen King en algunas de sus obras.

Creo que son libros que funcionan si no quieres complicarte la vida demasiado, si te apetece que alguien se ensañe con los estamentos religiosos suecos o si creías que Stieg Larsson era demasiado duro en su crítica a la sociedad sueca y buscas que te sorprendan.
Es una lectura ligera, borrosa, de esa que una vez leída no recuerdas a menos que la releeas o alguien te hable de ella.

Lo que no puede negarse es que es una forma de acercar literatura no anglosajona a otras latitudes y eso siempre es enriquecedor.




Las aventuras continúan y de momento son cinco libros los que ha escrito Asa Larsson.

También hay película de Aurora Boreal

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