1.6.10

El gimnasio en casa

Seguro que todo el mundo en algún momento de su vida ha pintado una habitación, propia o ajena; incluso puede que un piso entero.
La primera vez lo haces con ilusión, pensando que ya formas parte de esa población adulta o semi-adulta que se ocupa de cosas tan responsables y serias como decidir sobre el color de la pintura del lugar donde habitas.
Porque el primer elemento de independencia, ja, qué ironía, es que tienes un piso a tu nombre...o un contrato de alquiler a tu nombre.
La ironía es que ahora eres dependendiente de tener un trabajo continuado para pagar un piso que hasta dentro de 20 ó 30 años sigue siendo del banco.
Pintar un piso habitado por ti es como la insignia de la independencia del vínculo paterno-filial, mucho más importante que el hecho de que la gente asuma que fumas o que te reconozcan la capacidad de practicar sexo con otras personas y que eso no sea motivo de asombro.

Yo en mi vida y no dedicándome a este oficio para mantenerme, el de pintar, he pintado 2 pisos y medio.
Precisamente me encuentro en el medio de ese último medio y podría decir que como dato curioso es la primera vez que pinto un piso en el que vivo todos los días y no tengo posibilidad de escapatoria.

Cada vez me gusta menos pintar. E inversamente proporcional a esta tendencia he de decir con cierta modestia que cada vez se me da mejor, le cojo mejor el punto y me canso menos...pero lo odio más.

Esta última medio-vez también me he dado cuenta de que he sacado músculo pero como la tabla de ejercicios con rodillo "solo" ha durado cuatro días, con trabajo remunerado en oficina incluido, no ha habido una tonificación espectacular. Pero casi casi ha sido como ir al gimnasio a "hacer aparatos". Por supuesto, Pelotillo también estuvo entrenándose pero por otras circunstancias tuvo que dedicarle un poco menos de tiempo.

El dinero no da la felicidad pero...¡anda que no facilita la vida! 
Si pudiera contraría dos servicios: 
  • el de las tareas de casa y así conseguir que ese proyecto misterioso arrancara de una vez. Se está volviendo misterioso hasta para mi pues no paro de idear cosas nuevas pero quiero sacarlo en orden; ¡la mente es más rápida que la mano!
  • el de pintar con rodillo y brocha gorda...o metiendo un petardo en un bote de pintura tipo Mr. Bean, no me importa con tal de no hacerlo yo.

Como con las experiencias regulares -no diremos malas que tampoco hay que exagerar-, me quedaré con lo bueno, que es el resultado:

Pelotillo siempre sabe sacar de la rutina una sorpresa y hacer regalos muy creativos debido a lo buena persona que es: él solito hizo desaparecer el decorado habitación-en-proceso-de-pintado para descubrir la nueva habitación en que se había convertido después de pintar, todo en un tiempo record.

No hay comentarios:

Publicar un comentario