20.4.12

Contradicciones

-Un recado que no te han dejado por la misma razón por la que el día anterior sí te lo dejaron.
-Una conversación jocosa que es reconducida a términos machistas y que automáticamente te excluye (salvo que seas idiota).
-Cambiar rutinas de trabajo y esperar que otros adivinen en cada momento lo que quieren sin ocuparse de que el mensaje llegue a su destinatario claramente.
-Estar siempre de mal humor ¿es realmente necesario?
-Que te pidan hablar con alguien jerárquicamente superior para que les digan lo mismo que les has dicho tú. Y encima ya se lo has advertido.
-Saltarse las normas silenciosa y flagrantemente y a los dos días tratar de acercarse bromeando en plan colega.
-Decir una cosa y decir luego otra ("efecto 1984". Ésta debería estar la primera de la lista pero ya es archiconocida) 
-Variación de la anterior: Decir una cosa y luego hacer otra. De esto sabe bastante la clase política, la iglesia e hipócritas varios. 

Hay días que estás en el trabajo pero en realidad donde quieres estar es fuera. Ésta es la más gorda. :)

6 comentarios:

  1. Tuve un jefe -el peor de todos los que he tenido- que a lo que mencionas agregaba la pésima costumbre de decir a todos que sí.
    Si yo le preguntaba si algo era blanco o negro, me decía lo que yo quería oír.
    Hablaba con mi subalterno, y le informaba eso. Mi subalterno pedía hablar con el jefe.
    Lo hacía. El jefe le decía lo que el empleado quería oír.
    Me dejaba por tanto, absolutamente desautorizado.
    Acudía yo al Gerente, para definir qué hacer. Llamado el jefe a aclarar lo que sucedía, afirmaba éste que ni negro ni blanco. Que no le habíamos entendido. Que era gris.
    El Gerente nos mandaba fuera, a ponernos de acuerdo.
    Me volvía a decir lo que quería oír.
    Volvía a hablar con el empleado.
    El empleado pedía hablar con él, etc.

    Al final, ganaba el empleado, ya que yo no podía molestar al Gerente por el mismo tema de nuevo. Decidí no tomar nunca más decisiones, y enviarle a la gente directamente.

    Gracias -al destino, a Dios, a quien sea- lo ascendieron y se fue lejos. Lo odiaba.

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    1. Si es que debería haber algún plus para aguantar a jefes incompetentes...brrrr!!!

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  2. Espero que todo eso no te haya sucedido al mismo tiempo. Date cuenta que has contado ocho situaciones desagradables. ¡Más que vidas tiene un gato! Pero quién quiere atentar contra ti?

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    1. Éstas en concreto no me han sucedido todas en el mismo día pero doy fe de que algunos días he sufrido un número parecido...Me llaman la gata Job! :P

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  3. Toítas me gustan, y toítas las he vivido en mis carnes morenas.

    Pero voy a escoger una, que aunque hace tiempo que no me ocurre, me dejó marcada a fuego:

    "Una conversación jocosa que es reconducida a términos machistas y que automáticamente te excluye (salvo que seas idiota)."

    Amén.

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    1. Aaaaargh! Impotencia en estado puro. Alguna vez me he tenido que poner burra, me refiero a tener que lanzar un comentario-guadaña-corta-rollos-cauterizante para segar un par de cabezas, que aunque no sirva de nada te deja bastante feliz contigo misma.
      ...Para colmo es que luego te pueden tachar de borde pero a ellos de salidos involucionados no, como parece que en algunos hombres eso es un plus... La fauna laboral da para varios blogs.

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