7.7.12

Cuando no se ve por dónde pisas no te arrimes mucho a ningún lado

No soy una persona especialmente torpe. Las personas que me conocen de cerca saben que mis torpezas se limitan a mi espacio personal y que generalmente la víctima soy yo misma: cosas que se me pueden caer aparentemente de forma inexplicable, objetos que salen volando sin haber sido antes propulsados por medios mecánicos o químicos, o tropezarme con un pelo o las rayas de las baldosas. 
Soy capaz de caminar por un suelo congelado e incluso atreverme a hacer alguna payasada sin perder el equilibrio y sin embargo minutos después también soy muy capaz dar con mis posaderas en el suelo estando simplemente de pie, parada.
Quizás las prisas, quizás cierta desatención puntual al mundo que me rodea. 
Debería decir en mi favor que sin embargo tengo buenos reflejos y otra tantas veces evito que algunos objetos lleguen a tocar el suelo. Pero ayer no. Ayer me hubieran hecho falta superpoderes. 

Iba en buena compañía a ver The Amazing Spiderman -película que aprovecho para decir que me encantó- y a pesar de que todavía las luces estaban encendidas, pobremente pero encendidas, entramos de uno en uno a nuestra fila a ocupar nuestros asientos. 
Yo iba la última y puse tanto afán en no pisar a la mujer que con su niño ocupaban el principio de la fila que note un ligero obstáculo en la rodilla y acto seguido algo me salpicó. 
Cuando miré al suelo le había tirado la bebida que compartían madre e hijo, del tamaño más gigante que podían vender. Mi cara de incredulidad debió de ser única pues apenas noté resistencia cuando tropecé con el vaso de cartón y es que cuanto más grandes son esos "vasos" parece que los hacen más inconsistentes. 
Yo miraba el suelo, con su creciente charco color caramelo y sus hielitos flotando como mini icebergs a la deriva, miraba la cara de Florecilla, que se tuvo que dar la vuelta para reirse. Yo no sabía si reirme o enterrarme a mí misma con la tapicería del asiento a cuyo respaldo estaba agarrada. Así que opté por las dos cosas. Entre risas y con la vergüenza impidiéndome formular mentalmente palabras con sentido yo veía el tamaño de la bebida y pensaba: "la ruina". 


(splash virtual)

Ahora es cuando debo explicar que estoy tratando de mejorar mi equipo fotográfico y como  no es un material precisamente barato estoy reduciendo los gastos superfluos al mínimo. La situación actual y lo que van subiendo los precios paulatina pero inflexiblemente hacen que en general un@ se piense más en qué gastarse el dinero. No sé cómo será en otras ciudades pero desde luego Madrid es una ciudad que  te cobra desde que pones un pie en la calle.

En cualquier caso no tengo costumbre de consumir comida ni bebida en el cine salvo que esté muerta de hambre o sed y por supuesto si lo hiciera no sería en el tamaño "tanque". No veo la relación de comer y beber al ver pelis, afortunadamente, porque de lo que sí soy es consumidora del séptimo arte y si tuviera que comer cada vez que me siento a ver una historia más me valdría irme a verlas al gimnasio mientras me mato a hacer ejercicio. 

Y por si todo esto no concurriera en mi persona hay que decir que con los precios que ponen a las palomitas y a las bebidas sale más barato ir al cine dos veces que una y consumiendo lo que venden en el bar. 

Retomando el momento splash con cafeína,  allí estaba yo apoyada en el respaldo del asiento delantero, consiguiendo disculparme entre risas y diciéndole a la buena mujer que le compraba otra bebida. La mujer se negó al principio pero debió de imaginarse toda la peli solo a base de palomitas y con el gaznate más reseco que el bacalao en salazón y su negativa fue más débil. 
De todos modos hubiera sido una marranada por mi parte no reponerle la bebida así que allí me fui al bar, rascándome la cartera con todo el dolor de mi corazón y con una nubecilla con una flamante cámara nueva sobre mi cabeza a punto de evaporarse...Bueno, esto es una exageración pero cuando llevas esperando tiempo por algo a lo que ya le has visto hasta las posibilidades de uso una y otra vez todo se dramatiza un poco. 

Aprovechando que estaba en el bar le conté a la chica que estaba detrás del mostrador que en la sala se había caído una bebida del tamaño que se pediría un oso polar si éstos fueran al cine y que estaba todo el suelo encharcado. Me dijo que por la hora que era no sabía si iban a poder limpiarlo porque iba a empezar ya la película y me sugirió que si la sala no estaba llena nos cambiáramos de sitio. 

Sin embargo se lo dijo a otro chico y mientras yo extendía mi billete rápidamente para que aquel trance pasara lo más rápido posible la chica me sirvió la bebida. 
Me dijo algo que no entendí la primera vez y tuvo que repetírmelo. Que no, que no me cobraba la bebida.
¡Oh! ¡Qué alegría! La culpa desde luego había sido mía y no me iba a sacar de ningún apuro evitar aquel gasto pero ya me dolía más en el amor propio que otra cosa. Quizás es que son  conscientes de lo inflados que están los precios y no se atreven a cobrártela dos veces. 

Volví a la sala, seguida por un chico armado con cubo y fregona y pensé que quizás aquel era el día en el que tenía que haber jugado a la lotería o haberme ido al bingo a comprobar si la suerte me sonreía de cara. 

Le entregué la bebida a la mujer, quien me lo agradeció, yo creo que hasta algo sorprendida, y su hijo dijo: "qué detalle más agradable" y vale, no tuve que pagarla pero la verdad que si lo hubiera tenido que hacer pues tampoco me hubiera importado. Soy así de facilona y con una expresión de agradecimiento me puedo dar por satisfecha. 

Al salir de la película, esperando que terminara el momento colectivo "tengo que ir al baño que no me aguanto más" correspondiente, encontré una moneda de 2 euros que pensé se le había caído a mi sobrino. 

Quién sabe, como puede que esté en racha a lo mejor se produce una cadena de favores misteriosa y me encuentro en casa por casualidad la ansiada cámara nueva, espontáneamente, como la moneda de 2 euros... 

...Si no siempre puedo ir al cine, pagar un bebida, tirarla, y llevarme la segunda gratis...

.... ¿Y si compro una entrada y la tiro al suelo...., me darán otra gratis...?...Ujummmmmmm.....

8 comentarios:

  1. Mis títulos de crédito para esta peli con efectos especiales son:

    1) Que estoy contigo, ¿tan necesario resulta ver pelis comiendo o bebiendo? El cine es suficiente placer por sí solo, no necesita colorantes ni edulcorantes añadidos.

    2) Te has quedado corta: para el tamaño de esas bebidas aún no se ha inventado un prefijo. No son maxi ni hiper, ni mega, son mucho más que eso.

    3) Puedes cantar de felicidad por el detalle de que no te la cobraran porque se pasan cuatro pueblos con los precios. Yo creo que los cines los construyen con lo que recaudan en bebidas y palomitas. ¡Por los cuernos del diablo!

    Un saludo, patosilla remirada ;)

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    1. Jajaja, yo creo que no me cobraron porque era la única que estaba en el "bar", si no, me esquilman pero bien. :D

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  2. Hace mucho que dejamos de comprar en los cines. Y es que cualquier combinación de palomitas y bebida -por pequeña que sea- sale más cara que la propia película...

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  3. Hola Mae, me ha encantado tu historia y me parece que tuviste un magnífico día de buena suerte ya que no te cobraron la bebida y además te encontraste los 2 euros ¡guauuuu!
    Un abrazo :)

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    1. Bienvenida por estos lares!! Me alegro. Fue más suertudo que encontrar un trébol de cuatro hojas. Casi igual que cuando juego a la lotería, que las pocas veces que lo hago y me toca, me llevo el reintegro ;))) Otro abrazo para ti :D

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  4. Hola, Mae. Tu anécdota me ha gustado mucho, y también que te salieran las cosas tan bien (eso es por buena y honrada). Si encima te encantó la peli! Es que hay días en que parece que todo sale derecho, incluso aunque empecemos metiendo la pata.
    Aparte de esto, tu autodescripción como patosa, me ha hecho verte como la chica de 11/22/63, de Stephen King. Ea, ya tienen medio casting hecho para la adaptación a peli.
    Nos vemos en la sala de autopsias.

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    1. Qué maravilla que te pases por aquí! :D
      Me apunto ya mismo la novela de S.K., me has picado en la curiosidad. Ya publicamos esta semana....

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