26.5.11

Devorador@s de historias: Lassie



Hoy Devorador@s viene precedido por un recuerdo infantil. 
El que me hace creer que Lassie fue el primer libro que leí aunque esto no es probable. Tuve que haber practicado en otros antes de leerme un libro entero de forma fluida. 

De lo que sí tengo consciencia es de que fue mi primera novela y mi primera petición de biblioteca (o eso creo).

Supongo que tenía entre 6 y 8 años.
Recuerdo que descubrí la sala de la biblioteca del colegio y me pareció fascinante ver tantos libros atractivos allí juntitos. Estaba acostumbrada a ver la librería de mi casa pero claro, los libros no eran tan susceptibles de que yo los leyera aún. Creo incluso que alguno me daba hasta miedo. La imaginación infantil que se dejaba sugestionar por una portada algo más tétrica de lo normal aunque su contenido fuera simplemente más bien sesudo que tenebroso

Los recuerdos son falibles. Recientes investigaciones confirman que no se puede diferenciar un recuerdo implantado de uno real. Mucha cinematografía lleva tiempo jugando con este tema y en términos de psicología lo demuestra la práctica de la PNL donde se aprovecha la incapacidad del cerebro humano para distinguir imaginación de recuerdo, con notables resultados como tratamiento para la ansiedad, traumas, etc.

Mis recuerdos, tal como los conservo de ese momento, lo forman una sala no muy grande, iluminada por fluorescentes y por la luz del sol que entraba por las grandes ventanas y que estaba organizada con esas mesas octogonales o redondas para más de un niñ@, de color verde claro, tan típico de las aulas infantiles. 

Escogí el libro con la portada del perro. No recuerdo si me resultaba familiar por alguna película, por aparecer un perro o porque sí.
Lo leí. Tampoco recuerdo si lo leí de una sola vez o tuve que ir a la biblioteca varias veces empleando el tiempo del desayuno que tantas veces me saltaba.

Lo que sí recuerdo es que cuando me lo terminé volví a casa con los ojos haciendo chirivitas, fascinada por el cariño de un perro que era capaz de recorrer kilómetros y pasar calamidades solo para volver a estar con sus amigos humanos. Me llegó al alma. 

En una época en la que aquello de asistir a catequesis para hacer la comunión era algo que se daba por supuesto y en la que la iglesia mantenía que los animales no iban al cielo ni al infierno porque no tenían alma, aquella visión fue todo un descubrimiento.

Aquel libro lo considero el libro-símbolo que me inoculó el ansia por leer y que junto con otros tantos me ha convertido en la devoradora de historias que soy.
Fue también la confirmación que necesitaba para que mis sentimientos hacia los animales no entraran en conflicto con lo que supuestamente decían entendidos del alma y lo etéreo. 
Fue sobre todo el impulso que necesité para confiar en mis propios criterios, que aunque por entonces estaban forjándose y los que tenía tambaleaban un poco (el mundo es muy inestable en cuanto a verdades universales del mundo real se refiere; en esas tempranas edades estás constantemente influid@ por muchas personas con criterios muy diversos), me dieron algo de seguridad al saber que había otras posturas y que la incomodidad que sentía con respecto a que los animales no pudieran tener alma podía desaparecer, que siempre lo había sabido: cuando me muriera podría estar rodeada de animales también.

Mis pensamientos con respecto a la religión se han ampliado. Tanto que entiendo que haya tantas religiones y las motivaciones que las inspiran, tanto que a veces no entiendo como se puede llevar algo al extremo haciendo que todo lo maravilloso que tiene el ser humano de superarse a sí mismo con proezas increíbles lo pueda dejar reducido a la mentalidad de un bebé o de una planta.

Cuando todo se tuerce y cuando las personas que de mi alrededor empiezan a hablarme en un lenguaje que no comprendo entonces es cuando me acerco a mis gatos y me tumbo a su lado, sintiendo su calor, su respiración tenue, sosteniendo sus miradas siempre intensas y pienso que menos mal que tenemos a los animales para reaprender lo que se nos olvida con frecuencia.

8 comentarios:

  1. Huy pues mi primer libro fue Misery del inigualable Stephen King, así me ha ido que mis pelis favoritas son la saga de Saw.

    Ahora bien, no disimules que tú nunca has tenido 6 años, tu ya naciste con 30 y de eso hace... vaaaale, no diré tu (tercera)edad.

    La verdad es que la iglesia o la religión católica en su línea. También dijeron durante mucho tiempo que si no bautizabas a tu hijo y se moría que no íba al cielo sino al purgatorio y ¡hala! todo el mundo a bautizar. Ahora parece ser que no, que el purgatorio no existe con lo que van al cielo (es que eso de que un niño se muriese y no fuese al lado del tipo de las barbas...). Mañana dirán que no, que no hay cielo, que ha sido todo una patraña para manejarnos como corderos.

    En fin, ya quisieran muchos curas y muchas personas tener los mismos sentimientos que los animales. Ya quisieran muchas personas ser tan fieles y tan acompañantes como los animales. Ya quisieran... Lo intentan pero se quedan con su instinto humano-animal, muy por debajo de la especie animal.

    Hablando de libros te recomiendo uno de Jose Luís Coll, sí el humorista que además fue escritor, y muy bueno. Se llama "El hermano bastardo de dios". Tiene un capítulo dedicado a los animales muy bueno.

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  2. Perdona, yo he nacido con 0 años como todo el mundo y desde luego no sé de qué estás hablando cuando dices 30...Sí yo todavía no los he cumplido! Qué desfachatez!
    Con lo mal que queda hablar en público de la edad de una señorita.

    Pues sí, tú te has leído Misery con veintitantos, ya...¡y yo!

    Ejeeem...Aquí se ve quién es más mayor de los dos, que ni te acuerdas de tus primeros libros (nótese que he dicho "primeros", del "primero" ya ni hablamos, no?) ;)

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  3. Creía que "Fray Perico y su borrico" no contaba. Yo fui muy precoz, pasé del Barco de Vapor a Stephen King y del disco de Parchis a los Iron Maiden y todo eso con 10 años.

    De lo de antes no me acuerdo, probablemente estaría fumao XDDDDD

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  4. Anda ya! Y ahora dirás que cuando naciste no fue por parto natural sino con una patada de karate-cinturón-negro-salto-voltereta-y-caíste-de-pie. XD

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  5. Pues ahora que lo dices recuerdo que mucha gracia no me hizo lo que me estaban haciendo, forceps, ventosas, rajas en la cabeza para terminar con una bonita cesarea (por fin) en la que el "moi" nació con casi 5 kilos. De hecho mi primera ropa era para un niño de 6 meses pero es que la de primera puesta no me entraba. Pero, ¿porqué te cuento esto si ya lo sabes?

    Pues eso, que sí, que di un salto-voltereta y le solté una patada el médico por el daño que me estaba haciendo. Caí de pie y acto seguido pedí una copichuela y un cigarrito. Yo y mi precocidad...

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  6. Claaaro, y ahora resulta que recuerdas tu nacimiento y todo. Dentro de poco dirás que vienes de Orión o algo parecido. Por cierto, te hicieron una cesárea? A ti? Te diste a luz a ti mismo??
    Pues como ya tienes práctica ya te encargas tú de los niños y eso...

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  7. Bueno, si lo vemos bien, todos somos animales...
    El problema es esa insistencia en comportarse como humanos...

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  8. Jajaja! Muy bueno. Eso mismo digo yo, :(

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