26.4.10

Escribir con estilo


El material de papelería, de pintura de brocha fina, de artesanías, en general, tiene algo que siempre me ha atraído desde pequeña.

He crecido y me sigo perdiendo gustosamente entre estanterías de papel para acuarela, maletines de lápices de colores, lienzos en blanco, tubos de óleo inmaculados, henchidos y brillantes; gomas de borrar, pinceles sedosos, lápices de diferentes grosores y durezas,...

A ello he sumado otras aficiones capaces de atraerme como un imán. (Yo me pregunto, ¿y qué es lo que no me gusta? Podrían dibujarme como un mapa repleto de puntos de interés surcado por muchas carreteras que conectaran unos con otros y probablemente obtendrían el mapa dibujado por un loco.)

Este fin de semana un nuevo objeto embellecerá a partir de ahora mi caligrafía (a ver si dejo de tener letra de médico).

Un regalo muy preciado, por la persona que me lo ha regalado y por el objeto en sí.
Una pluma.



Ahora ya podré firmar elegantemente los autógrafos que me pida mi incontable público seguidor de estos blogs...y del nuevo proyecto cuando lo descubran.


Las palabras escritas perduran. 
Los regalos con corazón se vuelven imborrables en la memoria

2 comentarios:

  1. A ver si me firmas el primero a mí :-). Ya sabes lo que sabes que sé que sabes y yo sé que tú sabes lo que sabes que sé. Dicho esto te diré que espero que no sea la última aunque si imborrable por los milenios de los milenios (que lo otro queda muy religioso y no va conmigo...)

    ResponderEliminar
  2. Te firmaré lo que tu sabes que te firmaré y que yo sé que tú sabes que te firmaré (aunque si luego me lo recuerdas en "sotto voce" te lo agradezco porque ahora no estoy segura de qué es lo que te tengo que firmar).

    Besitos indelebles.

    ResponderEliminar