18.2.10

Instrumentos de tortura y ejecución - II

Después de revisar los útiles de tortura propiamente dichos hoy les toca el turno a los instrumentos de tortura y ejecución de las sentencias. La Inquisición delegaba la ejecución de los no arrepentidos a los organismos seculares.

Me reitero en que los detalles pueden herir la sensibilidad de los lectores que se paseen por esta entrada.

 

Podemos empezar por revisar el conocido garrote, o garrote vil, erradicado junto con la pena de muerte en España en el no tan lejano año 1978. 
Seguramente todo el mundo conoce su mecanismo pero por si alguien está despistado recordaremos que se sienta al infame o víctima -dependiendo de la culpabilidad o inocencia del ser humano que tenga que pasar por semejante trance- y sujetandole la cabeza, el verdugo introduce un tornillo grueso acabado en punta por la nuca, partiendo el cuello del allí sentado. 
Si el tornillo llegaba a la médula la muerte era instantánea pero esto sucedía ocasionalmente, bien por la menor fuerza del verdugo para ejecutar la tarea limpiamente o porque no quisiera, o le hubieran ordenado que lo hiciese así de forma que la agonía durara más tiempo.

La mayor parte de las veces la muerte tardaba unos minutos y generalmente sobrevenía por estrangulamiento.
El adjetivo de vil se debe a que la muerte por decapitación con espada se reservaba a la nobleza, mientras que a los villanos -de las villas- se les trataba con el garrote.
En la conquista de América también se utilizó.

Otro instrumento bien conocido y bastante usual es el de la horca. Incluso en los tiempos actuales se sigue utilizando.
En ella se le pone a la persona una soga al cuello y se la deja colgando bruscamente para que con suerte, se parta el cuello y no sufra, o se estrangule hasta que el oxígeno deje de llegar al cerebro y resto de órganos.
La incorporación de la trampilla sobre la que se situa de pie el acusado es posterior.

 
¿Quién no ha visto alguna película en la que encierran a alguien en este artefacto metálico y le dejan suspendido a su suerte a merced de las inclemencias del tiempo y para que una vez muerto sea pasto de los animales?
Esta jaula impedía que la cabeza tuviera suficiente espacio lo que creaba una gran incomodidad a la persona que estaba confinada allí dentro. 
Se colgaban a gran altura lo que anulaba la posibilidad de escapar de la jaula, si es que hubiera alguna. 
La debilidad por la falta de alimento y la exposición al sol abrasador o a temperaturas extremadamentes frías, a  la lluvia y al viento acababan con la vida del acusado.  

Podríamos decir que este es el instrumento-insignia de la Inquisición por excelencia: el poste u hoguera. Especialmente en los casos de brujería. Lo habitual es que la muerte se produjera por asfixia al inhalar los humos de la pira inferior. Si el pecador o pecadora se arrepentía de las faltas cometidas podría ser beneficiado con la gracia de la estrangulación previa a la quema. 

Famosa especialmente por la Revolución Francesa, gozó de adeptos en más países y su uso se remonta en realidad al sXIII.
La guillotina sería la ejecución mecanizada de la espada. Limpia, rápida y sin esfuerzos. Hubo que hacer algún retoque en la cuchilla, dándole ángulo, pues el corte horizontal no era tan eficaz. Lo espeluznante, si es que tiene algo que no lo sea, es que la cabeza puede permanecer consciente, una vez separada del cuerpo, durante unos 30 segundos.


 
Este casco tan chulo con tornillo incorporado -el aplasta cabezas- servía para, haciendo girar el tornillo, fracturar los dientes, la mandíbula inferior, el cráneo, hacer que los ojos se salieran de sus cuencas y como resultado final la evasión del cerebro por lo orificios libres. 

La sierra con el mismo aspecto que la de los  leñadores se utilizaba en los cuerpos boca abajo de los sentenciados. La finalidad era ir serrando a la persona longitudinalmente empezando por los genitales y siguiendo por el cuerpo hasta llegar a la cabeza. El motivo de que fuera boca abajo es que así se impedía la muerte por hemorragia masiva y la tortura duraba más.
La Inquisición siempre tan exquisita en el cuidado de los detalles.
La dama de hierro. Por último uno de los grandes artilugios de tortura consistente, como se aprecia en la foto, en una estructura metálica con pinchos en su interior. 
El acusado/acusada era introducido dentro y al cerrar el artefacto los pinchos le herían en diferentes puntos, causando mucho dolor pero no la muerte hasta que ésta sobrevenía días después. Para que el proceso de ejecución, algo largo debido a la agonía, no perturbara los pensamientos de los custodios, el grosor de las paredes de la dama era tal que producía una eficaz insonorización.
Como detalle a tener en cuenta, indicar que los pinchos podían ponerse y quitarse para situarlos en diferentes puntos en caso de querer prolongar o no el sufrimiento.


Después de un tiempo a la Inquisición se le acabaron los motivos religiosos para las torturas y ejecuciones lo que no impidió que aprovecharan procedimientos y materiales para derivarlo a cuestiones más civiles, como hurtos, sodomías, etc.

El hecho de que un órgano como el de la Inquisición tuviera cabida en cualquier civilización es algo que solo se explica por los intereses políticos y económicos que la motivaron. Algo que se vio favorecido por un aborregamiento general motivado porque el pueblo tenía la verdadera convicción de la existencia literal de un dios, un cielo al que las almas accederían si eran buenos cristianos y un infierno que les condenaría por la eternidad para purgar sus faltas en el mundo terrenal.
El ser humano es capaz de hacer cosas maravillosas pero lamentablemente ese potencial puede también producir las barbaridades más absolutas.

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